El fin de semana pasado, Fernando Raymondi, un joven periodista que practicaba en la revista “Caretas”, fue asesinado en Cañete. Si bien una de las hipótesis es que habría sido víctima de un intento de robo en la tienda de su familia, el que los asesinos no se llevaran nada del negocio y el que el periodista hubiese estado investigando el sicariato en Cañete hacen que su muerte sea por lo menos sospechosa. Raymondi, después de todo, estaba pisando terreno minado al querer investigar e informar sobre un tema en el que, muchas veces, ni las propias autoridades se detienen. Un tema que involucra a delincuentes que están dispuestos a sacar del camino a quienes se inmiscuyan en sus asuntos.