Con el agua al cuello

Los participantes de la “marcha por el agua” tuvieron una grata sorpresa el lunes 6: el cielo se abrió y descargó una torrencial lluvia, que los hubiera empapado si en realidad hubieran venido caminado, como algunos ingenuos creen. No, los marchantes vienen en ómnibus y automóviles, y se bajan para desfilar en los pueblos que atraviesan.