Calman a la población. La policía descartó de plano la existencia de los llamados “pishtacos” y llamó a la población a mantener la calma y no creer en informaciones falsas o tendenciosas respecto a este tema.
Luego de que la imagen de Huánuco se viera dañada por la falsa información difundida desde el Ministerio del Interior sobre la existencia de una banda de «pishtacos», hombres que matan hombres para extraer su grasa y comercializarla, la agencia estatal Promperú se comprometió a realizaren esta región, una agresiva campaña de difusión de sus bondades turísticas.
Sería injusto que la historia recordase a Octavio Salazar sólo por la extraordinaria invención de los pishtacos. Es cierto que es su obra cumbre. Convirtió el descubrimiento de un frasco de grasa humana en casa de un sicario recién capturado, en el asesinato masivo de 60 personas a lo largo del Huallaga y el VRAE, para vender grasa humana a US$ 15.000 el frasco, a una banda de traficantes internacionales.
La destitución del ex jefe de la Dirección de Investigación Criminal, DIRINCRI, general Eusebio Félix Murga, decidida por el ministro del Interior, general Octavio Salazar, hasta que se aclare el caso de «los pishtacos del Monzón», significa hacer que «la pita se rompa por el lado más débil» y evadir la responsabilidad que le toca como jefe del sector, consideró el analista político y periodista Fernando Rospigliosi.
El analista político Fernando Rospigliosi sostuvo que el ministro del Interior, Octavio Salazar, debió irse hace rato del gabinete ministerial. Además, lamentó que Salazar insista en hacer cosas “ridículas y absurdas”, en alusión a la farsa de los ‘pishtacos’.
El antropólogo Jaris Mujica sostuvo que la historia de los pishtacos que, – según versión policial – habrían asesinado a 60 personas durante varios años a fin de vender la grasa extraída de los cuerpos a empresas cosméticas, puede en verdad estar ocultando ajustes de cuentas y problemas afines vinculados con el tráfico ilícito de drogas en el valle del Monzón.
Lo de la captura de los pishtacos que mataron a 60 campesinos para vender grasa humana es uno de los psicosociales más torpes y grotescos que he conocido en toda mi vida de observador político. Repito lo que escribí en Peru21:
Un equipo del programa dominical Punto Final llegó hasta el Valle del Monzón para indagar, en esta tierra afectada por la plaga de narcotraficantes y terroristas, sobre un nuevo pero paradójico y ‘ancestral mal’: el pishtaco. Como es público, un destape de la Policía habría dado con una banda de pishtacos, asesinos que extraen la grasa de las víctimas para venderlas en el extranjero.