Sobreviviente de avioneta siniestrada en Ucayali agradece a Dios por la vida

Con múltiples heridas en todo el cuerpo pero agradecido con Dios por haber sido arrancado de las garras de la muerte, se encuentra César Soria Pinero, único sobreviviente de la avioneta de la empresa Aero Montañas, que se estrelló en la espesa selva de Ucayali.


 


Esta lleno de contusiones en la cabeza, tronco y extremidades. El hombro derecho luxado y la clavícula fracturada. Pese a ello, accedió a conversar en exclusiva con RPP para dar su testimonio de la tragedia, que costó la vida a cinco personas.


 


«Eran las 11 y 45 de la noche. Faltaban 10 minutos para llegar a Puerto Esperanza, y el motor del avión se paró. Pasamos por una zona llena de árboles y comenzamos a planear. El piloto nos dijo que nos ajustáramos los cinturones. Y ahí fue cuando caímos», contó a RPP.


 


«Parecía que todo iba bien. Pero nos encontramos con un árbol más grande y el avión impactó y se partió en dos. Eso hizo que se cayera al suelo», añadió.


 


Con algo más de tranquilidad, después del susto, César respira hondamente y prosigue: «En ese momento, cuando se rompió la luna, salté. Iba a tirarme a un riachuelo que estaba al costado, y escuché a Augusto (Miranda, también trabajador en el municipio) decirme «¡César, ayúdame!». Volteé la mirada y lo vi haciendo esfuerzos para salir. Lo agarré de la mano y salimos corriendo.


 


No hubo tiempo para preocuparse por los demás, al parecer. Los otros cuerpos, ya inertes, explotaron junto al avión. «Estuvimos un promedio de minuto y medio en el agua. Luego, el avión exploto».