El Perú por su ubicación geográfica forma parte del denominado “Cinturón de Fuego del Pacífico”. Está considerado uno de los países con mayor potencial sísmico a nivel mundial, debido a la interacción de las placas de Nazca y Sudamericana que genera un gran número de sismos. De estos eventos, el 80 por ciento ocurre frente al litoral costero; por ende, la posibilidad de ocurrencia de tsunamis siempre está presente.
Históricamente, el litoral costero de la región sur del Perú ha sido afectado por grandes sismos generadores de tsunamis, en algunos casos pequeños y en otros muy grandes y destructivos. Entre los más importantes están los tsunamis ocurridos en los años 1582, 1586, 1604, 1687, 1746, 1868, 1966, 2001 y en el 2007. El tsunami que más daños causó fue el ocurrido en el año 1868 en la entonces ciudad peruana de Arica. Quizás, la única más importante cerca de la zona costera y el más contemporáneo es el sucedido el 15 de agosto de 2007 después de un sismo, cuyo epicentro se ubicó frente al departamento de Ica, con magnitud estimada de M8.0.
El sismo en Pisco destruyó completamente las ciudades de Pisco, Tambo de Mora e Ica, y veinte minutos después generó un tsunami que afectó las costas de Tambo de Mora, Pisco, Paracas y San Juan de Marcona. La primera ola llegó a la costa con alturas menores a 10 metros en la caleta Lagunillas, al sur de la península de Paracas. Lamentablemente, los residentes de este sector costero no estaban enterados del peligro al que estaban expuestos, ante la ocurrencia de un tsunami, dando como saldo trágico la muerte de tres personas.
Han transcurrido 153 años del tsunami de 1868 y 14 años del tsunami del 2007, y en las zonas costeras de Arequipa, Moquegua, Tacna e Ica se ha incrementado el número de áreas urbanas a pocos metros de la orilla del mar. Este crecimiento ha elevado los niveles de exposición y vulnerabilidad de los pobladores de esas regiones sureñas.
En tanto, en el Instituto Geofísico del Perú (IGP) se viene generando conocimientos sobre el comportamiento dinámico de los tsunamis, empleando para ello modelos matemáticos para generar escenarios de inundación por tsunami. Este trabajo de los científicos del IGP les permite determinar parámetros, como velocidades y fuerzas hidrodinámicas en el área de inundación, para caracterizar adecuadamente el peligro al que están expuestas las localidades costeras del país, principalmente del sur, y contribuir así con las instituciones y autoridades competentes a la gestión del riesgo de desastres.