AREQUIPA. Una reciente investigación del Instituto Geofísico del Perú (IGP), publicada en la prestigiosa Journal of Volcanology and Geothermal Research, explica la intensa y constante actividad sísmica detectada en el volcán Sabancaya y sus alrededores entre 2013 y 2020 (alrededor de 227 000 sismos), periodo donde se detectaron, además, 15 sismos con magnitudes mayores o iguales a M4.5 que fueron ampliamente percibidos por las poblaciones locales y que llegaron a generar daños en algunas viviendas e infraestructuras.
Cabe señalar que desde hace 10 años el volcán Sabancaya inició su etapa de intranquilidad sísmica y volcánica, lo que permitió que la comunidad científica, autoridades en gestión del riesgo de desastres, además de la población que habita cerca del volcán, se pregunten cuál es la relación entre la erupción del Sabancaya y los sismos ocurridos en la zona que incluye el turístico valle del Colca.
El vulcanólogo del IGP, Roger Machacca, quien además es autor principal de la investigación, refiere que la actividad tectónica regional en el área del valle del Colca no explica por sí misma el marcado incremento de sismos observados desde 2013. Según detalla, “la actividad sísmica observada no tiene comparación con relación al decenio anterior al periodo de estudio. Existe un factor diferente y este es el proceso de reactivación y posterior erupción del volcán Sabancaya”.
El magma del Sabancaya: presiones desde las profundidades
De acuerdo con la investigación, así como con la posición de diversos vulcanólogos peruanos y extranjeros, se infiere que desde la cámara magmática profunda del Sabancaya -situada a 5-7 km al noroeste del volcán y a una profundidad aproximada de 13 km- ascienden el magma y los gases hacia la superficie.
Desde este reservorio se producirían dos fenómenos: 1) calentamiento y presurización del sistema hidrotermal (acuíferos subterráneos) por el ascenso de gases y 2) ascenso lento de magma en el conducto (pocas centenas de metros por mes), el cual, una vez próximo a la superficie, interactúa directamente con el acuífero.
Machacca explica que ambos procesos “generan ondas de presión que logran trasladarse en las capas superficiales hasta las fallas remotas mediante los acuíferos, lo cual desestabiliza las tensiones existentes en estas zonas y da lugar a los sismos que se extienden no solo en el Sabancaya, sino en toda el área del Colca”.
Para ejemplificar esta relación de influencia, la investigación hace referencia a dos hitos puntuales del actual proceso eruptivo del volcán Sabancaya: el inicio de la erupción, en 2016, con la posterior migración del cráter de sur a norte, y el aumento de la tasa de extrusión (crecimiento) del domo de lava en 2019, ambos precedidos por episodios importantes de actividad sísmica en el valle del Colca, con dos meses y medio y un mes y medio de antelación, respectivamente.
“Las posibles dinámicas que hemos identificado son las siguientes: en el primer escenario ocurren inyecciones de magma en la cámara o reservorio magmático profundo del Sabancaya. Los gases que escapan calientan y presurizan el sistema hidrotermal generando ondas de presión que se propagan por los acuíferos subterráneos interconectados. Esto desencadena estallidos de actividad sísmica en fallas tectónicas remotas. El segundo escenario se refiere a un lento ascenso de magma que resulta de la fusión lenta de material antiguo que se halla en el conducto, el cual, próximo a la superficie, interactúa directamente con los acuíferos subterráneos produciendo también ondas de presión. Este proceso, en su recorrido final, genera explosiones y un crecimiento acelerado de domos de lava”, apunta Machacca.
Los resultados de esta investigación son un logro sobresaliente, ya que permiten disipar en gran parte los cuestionamientos existentes acerca de la relación entre la actividad volcánica y los sismos en el Colca. “Estudios anteriores lograron explicar la influencia que ejercía la inflación de la cámara magmática profunda en un radio de 13 km del cráter del Sabancaya. Esta investigación que hoy publicamos permite postular que esa influencia se puede extender a más de 25 km del volcán e, incluso, podría ser más”, menciona Machacca.
No obstante, existen aún varias preguntas por resolver respecto a la dinámica eruptiva del Sabancaya y su entorno. Por ejemplo, ¿cómo se distribuye el sistema de conductos internos en el volcán, las fallas tectónicas y el sistema hidrotermal en el área?, ¿cuál es la dinámica de las erupciones de larga duración?, ¿cómo se propagan las ondas de presión direccionalmente y cuál es su radio máximo de influencia?
Tal vez la pregunta que aún no tiene respuesta, pero que todos ansían conocer, es cuándo culminará la actual erupción que ya va por su séptimo año de duración. “Actualmente seguimos detectando intrusiones de magma en el Sabancaya. De hecho, 2021 y 2022 han sido años de gran intensidad en la erupción. De cumplirse el patrón que hemos establecido en la investigación, podemos decir que aún restan años de explosiones y emisiones de ceniza que observar”, finaliza Machacca.