Simulacros por erupciones volcánicas

La ocurrencia de peligros volcánicos como las caídas de ceniza, la generación de lahares o huaicos, la ocurrencia de flujos piroclásticos o descenso de material volcánico a elevadas temperaturas, entre otros que ocurren como consecuencia de erupción volcánica, ha tomado notoriedad y ha despertado la curiosidad de aquellos que habitan cerca de un volcán. Dado que el Perú cuenta con alrededor de 16 volcanes activos y potencialmente activos, estando uno de ellos en proceso eruptivo como es el Sabancaya, resulta crucial conocer qué hacer durante una erupción, dónde recurrir o cómo sobreponerse durante la ocurrencia de fenómenos de esta naturaleza, conocimiento que demuestra la resiliencia de una población.

Existe claramente un problema respecto a la vulnerabilidad de población acentuada en zonas próximas a los volcanes peruanos, como es el caso de la ciudad de Arequipa con más de 1 millón de habitantes y el volcán Misti. A esto se suma el deficiente ordenamiento territorial y el establecimiento de viviendas próximas a quebradas naturales, así como la expansión poblacional hacia el Misti donde los peligros volcánicos tienen mayor impacto.

Estar preparado ante la ocurrencia de un proceso eruptivo implica la participación en simulacros por erupciones volcánicas, así como prestar atención a los planes de contingencia establecidos por las autoridades basados en información técnico-científica. Estos planes informan sobre la señalización de zonas de riesgo, puntos de reunión, rutas y etapas de evacuación, etc.

Un simulacro por definición es un ejercicio de acciones prácticas sobre una situación hipotética de emergencia o desastre, en este caso, ante una situación de emergencia o desastre por peligros volcánicos. Los simulacros por erupción volcánica tienen un gran valor para el aprendizaje en nuestra sociedad, ya que permiten poner en práctica las acciones establecidas en los planes de operaciones de emergencias, contingencia y continuidad operativa; permiten la evaluación de las capacidades de respuesta de la población, de los Centros de Operaciones de Emergencia y autoridades; ponen a prueba los sistemas de alerta temprana y permiten la evaluación de los medios de comunicación. Un simulacro claramente da la oportunidad de mejora en respuesta ante un desastre volcánico corrigiendo errores que comúnmente suceden.

El conocimiento del peligro volcánico y zonas vulnerables es vital al momento de la ocurrencia de un proceso eruptivo de modo intempestivo. Respecto a esto último, el IGP viene realizando trabajos sobre el análisis de escenarios de peligros volcánicos y la exposición de la población frente a peligros volcánicos, así como la contribución a planes de evacuación en los distritos de la ciudad de Arequipa. IGP: “ciencia para protegernos, ciencia para avanzar”.