Tres certeros balazos disparados a quemarropa acabaron con la vida de Juan Caleros Sifuentes, fisioterapeuta del Hospital de Tingo María, que llegaba a su casa tras una jornada de trabajo. Dos sicarios lo esperaron en la oscuridad de la noche a bordo de una motocicleta y al verlo llegar perpetraron el crimen.
Testigos cuentan que un proyectil le impactó en la cabeza, otro le destrozó el pecho y el tercero le rozó el cuerpo cuando la víctima caía inerte.
Asimismo, aseguraron haber visto un auto blanco estacionado en la esquina y presumen que se trate de otro cómplice que habría actuado como “campana”.
La víctima fue auxiliada de inmediato y trasladada al hospital, pero llegó cadáver.
Los angustiados familiares señalaron a una enfermera del mismo hospital, de nombre Lidia, como sospechosa de haber ordenado el crimen y pidieron a las autoridades la investiguen. Aseguraron que ambos sostuvieron una fuerte discusión hace algún tiempo.
Relataron que en esa oportunidad, Caleros Sifuentes le propinó una bofetada a la enfermera y recibió de ella una amenaza directa de muerte, que se habría repetido cuando se cruzaron en el hospital.
Señalan asimismo que hace un mes, un sujeto que indicó ser un sicario lo buscó en su casa y le pidió dinero para no concretar el crimen. Por todo ello pidieron a la policía investigar a fondo para dar con los responsables de la muerte de Caleros Sifuentes.