Si el grupo terrorista Sendero Luminoso contrató los servicios de un sicario como Rubén Valle Rojas para perpetrar el asesinato de la dirigente cocalera de Aucayacu Deodora Espinoza Vara, sucedido en mayo pasado, y este personaje no fuese un miembro del movimiento subversivo, quedaría demostrada la debilidad con la que actúan los dirigidos por el camarada ‘Artemio’ en esta parte del Alto Huallaga, sostuvo el analista en temas de seguridad Rubén Vargas.
En conversación con el programa Diálogo Ciudadano, de INFOREGIÓN, el experto sostuvo que conocer quién es este personaje y si pertenece o no a SL no es solamente un matiz en el crimen de Espinoza Vara, pues permitirá analizar cuál será el devenir del accionar terrorista en lo sucesivo.
«Sendero Luminoso está en un proceso de debilitamiento cada vez mayor, y ese debilitamiento podría estar empujándolo a utilizar a sicarios o personajes que no están vinculados ideológicamente con el grupo terrorista para realizar estos asesinatos selectivos que de manera recurrente y casi endémica se realizan en esta parte del Huallaga», comentó.
Sigue la «guerra popular»
No obstante, Vargas Céspedes dejó claro que, en cualquier caso, la muerte de la dirigenta cocalera representa la continuación de la denominada ‘guerra popular’, que los senderistas decían ya no proseguir.
«Queda demostrado una vez más que no es cierto que para Sendero Luminoso la llamada guerra popular haya acabado tras la captura de Abimael Guzmán como señalan sus voceros actualmente, especialmente después de la presentación del libro de Guzmán (De puño y letra)», dijo.
«Continúan los asesinatos selectivos de dirigentes sociales, continúan los asesinatos de personas calificadas de manera arbitraria como soplonas, continúan las acciones de agitación y propaganda, continúan los hostigamientos a las fuerzas del orden y la infiltración a las organizaciones sociales, en especial a las organizaciones cocaleras en el Huallaga», advirtió.
«Las acciones del grupo terrorista están absolutamente vigentes y en mi impresión es absolutamente falso y cínico afirmar que Sendero Luminoso dejó sus actividades tras la derrota de Abimael Guzmán», opinó.
‘Legitimidad’ afectada
En otro momento, el analista precisó que de comprobarse que sendero luminoso contrata sicarios para el desarrollo de acciones terroristas, entonces la ‘legitimidad’ con la que este grupo se pretende presentar se vería mermada, pues en algunas comunidades SL intenta tomar el papel que el Estado no ejerce por la situación de abandono en la que viven distintos grupos de peruanos.
«Sendero Luminoso tenía como uno de sus mecanismos de control social presentarse como el que administra la justicia social y parte de esta es combatiendo o enfrentando a la delincuencia común, a la delincuencia urbana, a los asaltantes, a los llamados corruptos y a personajes que tenían una vida libertina presentandose como los justicieros, como los que reemplazan la ausencia del Estado en determinadas partes del país, y eso es lo que ha estado haciendo Sendero en Aucayacu,en donde ‘Artemio’ es el juez supremo que dirime muchos problemas, inclusive de litigios», explicó Vargas.
De acuerdo a Vargas, de comprobarse que Valle Rojas es un sicario, «se estaría abandonando esa connotación que ha estado usando de manera eficiente ‘Artemio’ para presentar a la organización terrorista con legitimidad a la población. Recurrir a personajes que antes combatían no solamente significa un grado supremo de debilidad, sino que es absolutamente peligroso para la propia estructura terrorista», indicó el analista.