Shihuahuaco: Opiniones opuestas sobre los polémicos dos años de adecuación en el CITES

PERÚ. Como se recuerda en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), a pedido del Perú, se otorgaron dos años de adecuación para implementar la inclusión al shihuahuaco como especie amenazada y en peligro de extinguirse a causa de la tala desmedida. La inclusión del Shihuahuaco en la CITES propone controlar su depredación, ya que tiene un importante rol ecosistémico. Sin embargo, se estima que para el 2025 podría desaparecer una gran cifra de estos árboles.

Shihuahuaco en CITES

Vive en las regiones Madre de Dios, Ucayali y Loreto, en mayor medida, pero también existe en otras regiones como Huánuco, Junín, San Martín, Pasco y Cusco. Este árbol tiene presencia en cinco Áreas Naturales Protegidas: Parque Nacional Bahuaja Sonene (Madre de Dios), Parque Nacional del Manu (Madre de Dios – Cusco), Parque Nacional Alto Purús (Ucayali – Madre de Dios), Reserva Comunal El Sira (Ucayali) y Reservas Territoriales de Madre de Dios, según el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) 

Las Áreas Naturales Protegidas en nuestro país guardan importantes reservas de esta especie, por lo que el potencial de este árbol permanecería intangible, asegurando la permanencia del shihuahuaco y evitando su extinción. Pero, en los últimos días, la inclusión de este árbol a la CITES nos llevó a más polémicas que solo verlo como un ‘logro’ gubernamental.

Al respecto, Aramís Castro, periodista de Ojo Público, vino publicando en las últimas semanas información respecto a los argumentos y contraargumentos planteados por las entidades correspondientes, funcionaros públicos, ONGs, etc. correspondientes a la inclusión del shihuahuaco a la CITES.

Uno de ellos fue el presunto conflicto de intereses de Fabiola Núñez Neyra, directora de Conservación de Ecosistemas y Especies, de la Dirección General de Diversidad Biológica del Ministerio del Ambiente (Minam), y cónyuge de Rafael Mauricio Ramírez Arroyo, presidente del capítulo de Ingeniería Forestal del Colegio de Ingenieros del Perú. Este último señaló, en una carta dirigida al director ejecutivo del Serfor, Luis Alberto Gonzales-Zúñiga, que el género Dipteryx se encontraría en un estado de «preocupación menor» y que su posible inclusión en el ‘Apéndice II’ de la CITES «resultaría una medida inadecuadamente motivada», a pesar de la evidencia científica que demuestra lo contrario. A continuación opiniones diversas.

Foto: Andina
Foto: Andina

Al respecto, Núñez Neyra afirma que no es una posición personal, sino del país, pues «esta se define a través de un grupo de trabajo donde participan Serfor, Produce, Minam, y otros miembros acreditados». La funcionaria señala que los dos años de adecuación permitirían regular el comercio y los permisos para importar y exportar la especie forestal. Sin embargo, para Julia Urrunaga, directora en Perú de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA), existe un consenso desde la comunidad científica sobre la urgencia de proteger al shihuahuaco en el Perú. «Nos preocupa mucho que se haya aprobado estos 24 meses de retraso. Llevamos más de 10 años con la urgencia de incluir al shihuahuaco en la lista de especies en peligro«, recuerda.

En ese sentido, Urrunaga consideró que «la autoridad forestal, en vez de tomar la opinión de los científicos, optó por escuchar a la industria forestal, la cual afirmó que no había problema y que el shihuahuaco sobra y quedó, ahí se cerró la discusión. Es un obvio conflicto de interés, la industria no es quien debe elegir qué especie se protege y que no»

«El Minam se rige por la Ley General del Ambiente, que tiene un artículo muy claro, que tiene un principio precautorio: ante la sospecha de que una especie esté en peligro, el Estado debe tomar acciones antes de los estudios completos. Es una acción paralela, definitivamente no se debe esperar a que se tomen esas acciones porque durante ese tiempo las especies siguen en riesgo», complementa Urrunaga.

Además, Tatiana Espinosa, ingeniera en Ciencias Forestales y directora de la ONG Arbio Perú, mencionó que se le da más importancia a lo comercial que a la salud de la Amazonía peruana. «Por el beneficio económico de unos pocos, se pone en riesgo la salud de muchas personas», concluyó.

¿A quién mira el Serfor?

Enrique Luis Schwartz Arias, director general de Gestión Sostenible del Patrimonio Forestal y de Fauna Silvestre del Serfor, al preguntársele cómo se gestionará o impulsará la protección del shihuahuaco para evitar su extinción y qué medidas se tomarán, afirmó que se priorizará un plan de acción para implementar el Apéndice ll de manera participativa. «También se iniciará una revisión de los instrumentos de gestión de los títulos habilitantes, como concesiones y permisos forestales para el aprovechamiento por parte de comunidades nativas y desarrollar e implementar una estrategia de comunicación adecuada para el involucramiento de los principales actores», señala.

En contraste, para Tatiana Espinosa, de Arbio, los dos años de adecuación son una burla. «En ese sentido, no habla solo de los shihuahuacos en sí, sino de generar una cadena de deforestación peligrosa para salud del ecosistema y de la vida: La Amazonía como ecosistema está perdiendo su equilibrio. Ya está por encontrase en un punto de no retorno, un colapso del ecosistema. Eso no nos brindará los servicios ecosistémicos para nuestra supervivencia. No podemos darnos el lujo de deforestar ni un poquito más la Amazonía. Estamos en una crisis y el principal factor de degradación en la Amazonía es la extracción maderable. Es contraproducente», argumenta la ingeniera forestal.

Según Schwartz, lo que realmente causa preocupación es el tiempo que puede tardar la verificación de árboles mediante la inspección de los declarados en el plan forestal. Esto para las industrias. Por otro lado, con respecto a los dos años de adecuación, aclaró que este tiempo no significarán una tala indiscriminada: «Somos conscientes de que hay un reto difícil pero a través de un trabajo articulado con los actores en el aprovechamiento de esta especie, creo que en estos dos años podemos lograr que se logre su aprovechamiento sostenible», concluye.

Sin embargo, para Espinosa es todo lo contrario: «Sobre la deforestación de shihuahuacos, tienen una marcada opinión sobre lo que podría pasar, e incluso advierte con algunas cifras sobre la importancia del cuidado de los bosques para la salud. Muchas empresas dicen que son formales y legales, pero el 60% o más de la madera extraída de Perú es de fuentes ilegales. Lo legal lo sobrepasa lo ilegal y esa es la gran amenaza. Totalmente dependemos de la Amazonia, sus grandes árboles contribuyen a crear ríos voladores, llevan agua a la atmósfera. Esta agua llega al planeta y hace que llueva en zonas que de otra forma serían desérticas. Muchos lugares y su agua dependen directamente de los árboles de la Amazonía», comenta.

Lejos de sentirse como un logro nacional, los bosques amazónicos siguen en peligro.

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