Remanentes senderistas que operan en la zona, volvieron anoche a realizar acciones de propaganda en la carretera Fernando Belaunde Terry, dejando pintas, regando volantes y colocando trapos rojos con la inscripción de la hoz y el martillo, en diferentes caseríos ubicados al sur del distrito de José Crespo y Castillo, Aucayacu.
Los miembros del aparato de agitación y propaganda, llegaron a los diferentes caseríos ubicados a lo largo de la vía, en el trayecto entre Aucayacu y Tingo María y amparados por la oscuridad de la noche y la espesa vegetación de la zona, colocaron sus conocidas proclamas.
Entre los volantes y las pintas en fachadas y pistas, los seguidores de la facción de “Artemio” dejaron mensajes y amenazas de muerte a los erradicadores de plantaciones de coca ilegal y al jefe del Frente Policial Huallaga, así como a quienes consideran colaboradores de la policía, arrepentidos y corruptos.
Trapo blanco
Lo que llamó la atención de los agentes policiales fue encontrar, en medio de los clásicos trapos rojos, una banderola blanca en el caserío San Francisco, a seis kilómetros al sur de Aucayacu, en la que dejaron mensajes exigiendo el cese del conflicto con frases como, solución política, amnistía general y reconciliación nacional.
En sus volantes rechazaban asimismo el plan de recompensas impulsado por el ejecutivo para capturar a los líderes senderistas que operan en el Alto Huallaga y en el valle de los ríos Apurímac y Ene, VRAE.
También reiteraron sus amenazas contra el jefe del frente policial Huallaga, General PNP, Luis Valencia Hirano, a quien mediante un volante, amenazaron de muerte.
Un convoy policial conformado por efectivos policiales de la Comisaría de Aucayacu y de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales, DINOES, se encargó esta mañana de retirar más de 20 trapos rojos con la hoz y el martillo y de recoger los centenares de sus volantes subversivos.
Los habitantes de los caseríos y los transportistas que se dirigen de Aucayacu hacia Tingo María, mostraron mucho hermetismo al notar la presencia de la propaganda, dejada allí en una nueva incursión senderista llevada a cabo con una diferencia de dos meses respecto de la anterior.