Señalan que más de 200 mil pobladores del VRAE sufren las consecuencias de la contaminación ambiental

El uso indiscriminado de agroquímicos e insumos químicos usados en el cultivo de hoja de coca ilegal y la elaboración de pasta básica de cocaína, respectivamente, genera que más de 200 mil pobladores del valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE) sufran actualmente por la contaminación de los ríos, la tala indiscriminada, la degradación de los ecosistemas y la pérdida de la diversidad ecológica.

Alejandro Gómez, especialista ambiental de la Secretaría Ejecutiva del Grupo de Trabajo Multisectorial del VRAE dijo a INFOREGIÓN que “el VRAE es eminentemente forestal, pero lamentablemente al año se deforestan 7 mil 500 hectáreas de bosques, con lo que se contribuye en contaminar con 180 toneladas métricas de carbono, que son sumamente cancerígenas”.

Aurelio Sulca, integrante del equipo técnico del Ministerio de Agricultura.
Aurelio Sulca, integrante del equipo técnico del Ministerio de Agricultura.

Señaló que, tras observar durante más de 15 años los cambios que se han ido generando en el ambiente del VRAE, se puede concluir que cada vez los ojos de agua, quebradas y ríos sufren un mayor nivel de contaminación producto del vertimiento de productos agroquímicos (insecticidas, pesticidas y herbicidas), así como de insumos químicos tóxicos (ácido sulfúrico, amoniaco, permanganato de potasio, plomo, entre otros) que son utilizados por el narcotráfico para el procesamiento de drogas.

Otro experto consultado por INFOREGIÓN, Adrián Aréstegui, conductor del programa Diálogo Ambiental de Infovrae, destacó que la destrucción de los bosques en manos de los taladores ilegales atenta severamente contra la gran biodiversidad con la hasta hace unos años contaba el VRAE.

“Hace veinte o treinta años era común ver en los cielos de las zonas del VRAE, que actualmente se encuentran pobladas, gran cantidad de loros, papagayos y otras aves exóticas. En los bosques podíamos apreciar monos, serpientes, oso de anteojos y gran cantidad y variedad de plantas silvestres. Sin embargo toda esta gran riqueza biológica está desapareciendo”, alertó.

Adrián Aréstegui, especialista ambiental del VRAE.
Adrián Aréstegui, especialista ambiental del VRAE.

En esa misma línea, Gómez calificó como gravísimo que pierdan especies de flora y fauna de gran valor económico como la Quina (que representa la riqueza de nuestra flora en el escudo nacional), la especie forestal del diablo fuerte (muy cotizada y considerada la única conífera nativa del país), la caoba (considerada la reina de las maderas) y las orquídeas.

Aurelio Sulca, integrante del equipo técnico del Ministerio de Agricultura, indicó a su turno que el VRAE tiene una geografía sumamente especial, en la medida que más del 70% de su territorio es de protección, el 29% de reforestación y solo un 3% está destinado para la agricultura.

“Lamentablemente esta demarcación mucha gente no la respeta e incluso están ingresando a las áreas de protección para sembrar coca ilegal y otro productos. Pero desde este medio les advertimos que jamás podrán conseguir titulación de esos terrenos porque están posesionados ilegalmente”.

Los tres especialistas coincidieron en que, para revertir esta situación, es importante trabajar en la educación ambiental en los diversos niveles de la sociedad y promover acciones de reforestación. Asi también es necesario realizar un correcto manejo de los residuos sólidos y tomar atención en el cuidado de las aguas de las cuencas y microcuencas.

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