Seguridad y desarrollo en el VRAE

 


En el VRAE no es viable ningún proyecto de desarrollo sostenible si previamente no se recuperan condiciones básicas de seguridad. A pesar de que oficialmente se niegue, en esta parte del país las zonas liberadas por la acción del narcotráfico y del terrorismo siguen aumentando.


En ese sentido, es muy importante la reanudación de las operaciones militares contra Sendero Luminoso en el VRAE, que estuvo abandonado desde el 2003 y huérfano de resultados desde 1999, año de la caída de *Feliciano*.



Conforme se anunció, la punta de lanza de las acciones antiterroristas serían los pelotones de las fuerzas especiales de la Marina, Ejército y Aviación.


Esto es significativo porque finalmente las Fuerzas Armadas comprendieron que es mejor enfrentar a un grupo pequeño de terroristas con fuerzas de élite y con inteligencia operativa.



En esta nueva ofensiva contra el terror, la autoridad civil no debe abandonar o eludir su responsabilidad de conducir en términos políticos la lucha.


El Gobierno nacional debería convocar inmediatamente a los gobiernos regionales de Junín, Cusco, Ayacucho, Huancavelica y Apurímac para que se involucren, en el ámbito de sus competencias, en la lucha contra Sendero Luminoso y el tráfico de drogas.



Hay que recordar que varios presidentes regionales, especialmente el de Junín, han presentado proyectos alternativos ante el fracaso y abandono del Plan VRAE.


También hay propuestas desde los gobiernos locales, la Asociación de Municipalidades del VRAE ha presentado una carpeta con ideas que ayudarían enfrentar la exclusión y pobreza de sus distritos.



Los que dan la cara día a día a los enemigos de la democracia son estas autoridades, ellos deberían encargarse de ejecutar los proyectos de desarrollo juntamente con las organizaciones sociales y los productores lícitos.


Tenerlos como aliados nos permitiría recuperar a la población campesina del discurso y la ideología senderista.



En la agenda de desarrollo del VRAE continúan pendientes dos grandes temas: primero, el mejoramiento de su infraestructura vial, aquí lo más importante es el asfaltado de la carretera Quinua-San Francisco y, segundo, la interconexión de todo el valle con la hidroeléctrica del Mantaro.


Es imposible fomentar la inversión pública o privada si no se tienen carreteras bien mantenidas y energía que genere trabajo.



En el aspecto de seguridad, lo más urgente es recuperar el principio de autoridad y orden en las zonas más sensibles del valle.


Para esto, es imprescindible que se integre la policía al comando del VRAE, pero de manera horizontal.



Por su parte, la policía necesita reforzar su presencia en el valle y en las zonas de influencia.


Se tiene que concretar de una vez la instalación de las bases antidrogas, anunciadas por el titular del sector Interior hace medio año.  



Finalmente, sería conveniente que se trabajara en una estrategia de comunicación ad hoc para el VRAE.


Los apologistas de la coca ilegal y del senderismo vienen copando los medios locales desinformando a la opinión pública, con el objetivo de convertir la legítima acción del Estado contra el terrorismo en una presencia represiva, violadora de los derechos humanos y de amenaza a la llamada «hoja sagrada».