Para el consultor en temas de seguridad, Isaías Huayta Ojeda, el Gobierno regional de Ayacucho no muestra ningún compromiso por disminuir la incidencia delictiva en la región, tras señalar que en la escala de prioridades y los objetivos institucionales planteados al 2016 no han sido contemplados como prioridad para Ayacucho el tema de Seguridad Ciudadana.
En conversación para INFOREGION, Huayta Ojeda indicó que durante la II Audiencia Pública regional de rendición de cuentas ningún alcalde provincial o distrital se ha pronunciado sobre la seguridad, pese al incremento delictivo en el país y la región.
“Me da vergüenza ajena que a más de una docena de alcaldes provinciales y distritales no se les haya escuchado hablar del tema de seguridad ciudadana. Las autoridades del VRAE no muestran preocupación por la seguridad en las carreteras, cuando semanalmente se escuchan reportes de robos y atracos”, afirmó el especialista.
Incumplen funciones
Al respecto Huayta indicó que la aprobación del Plan Nacional de Seguridad Ciudadana para el 2012, denominado “Plan de seguridad ciudadana y Convivencia social”, establece como delito la falta de apoyo e implementación de los planes regionales, provinciales y distritales por parte de sus autoridades, lo que ameritaría una denuncia penal si fuese necesario.
Huayta recordó que en marzo se convocó a especialistas para sustentar un proyecto de inversión pública en Seguridad Ciudadana por 350 mil soles en el Presupuesto Participativo, fue aprobado por los consejeros, y se incluyó en la escala de prioridades regionales como tercera preocupación a nivel de Ayacucho.
“Actualmente esto ha sido desestimado. Si revisamos la escala de prioridades que aparece en el resumen ejecutivo presentado en esta audiencia no existe. Lo borraron”, lamentó.
De otro lado, el especialista cuestionó que el presidente regional Wilfredo Oscorima no esté cumpliendo con sus promesas electorales como el referido al ingreso de 100 alumnos a la Escuela Técnica de la Policía y el apoyo CADs para pacificar el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE)
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