Con la masiva participación de autoridades y pobladores del distrito cusqueño de Kimbiri, se inauguró la segunda planta de tratamiento de residuos sólidos del valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE). La planta está ubicada en un terreno de cuatro hectáreas y almacena diariamente cuatro toneladas de basura que antes era incinerada sin ningún tipo de tratamiento o arrojada a los ríos generando una severa contaminación del medio ambiente.
La actividad se desarrolló en la comunidad nativa de San Pantuari Alta, lugar en el que hace casi un año se inició la construcción de la planta de tratamiento con una inversión de un millón 800 mil nuevos soles provenientes del canon gasífero.
INFOREGIÓN estuvo presente en esta importante actividad que fue encabezada por el alcalde del municipio de Kimbiri, Guillermo Torres Palomino, y contó con la activa participación de estudiantes y pobladores ilustres de la zona.
“Hoy (ayer) es un día histórico para la protección de nuestro medio ambiente que era devastado por el vertimiento de todo tipo de basura a los ríos y los suelos”, manifestó el burgomaestre de Kimbiri.
Señaló que por este motivo la gestión edil fue denunciada por la fiscalía ambiental. “En estos momentos afrontamos una denuncia por contaminar el medio ambiente. En la misma situación se encuentran los demás distritos del VRAE que arrojan toda la basura a los ríos o en los botaderos en donde se quema la basura altamente tóxica y se perjudica a las poblaciones que viven cerca”, indicó.
Tras la acción protocolar de inauguración, los participantes fueron parte de una visita guiada por todas las instalaciones de la planta de tratamiento.
Por su parte, Héctor Paz, jefe del Proyecto de Manejo de Residuos Sólidos, afirmó, de manera optimista, que la basura dejará de ser un problema y será una alternativa económica para los pobladores de Kimbiri si se le da un correcto tratamiento.
Clasificación de la basura
Además, William Ayala, responsable del área de sensibilización del proyecto, señaló que diariamente se recolectan cuatro toneladas de basura en Kimbiri, lo cual hace un promedio de 120 toneladas al mes. “Luego de este paso la basura es clasificada en orgánica, inorgánica y las peligrosas”, anotó.
La basura orgánica o biodegradable como restos de alimentos, cáscaras de frutas, tubérculos, hojas y otros, después de un proceso se extraerá anualmente 12 toneladas abono totalmente orgánico que se destinarán para recuperar las tierras que fueron degradas por los cultivos ilegales de la coca.
Los residuos peligrosos y contaminantes como jeringas, agroquímicos, pólvoras, baterías de carro y pilas, pasan por un complejo proceso de descontaminación a través de métodos naturales.
“Para que el trabajo de clasificación resulte más fácil se ha emprendiendo una agresiva campaña de sensibilización e información a través del cual la población está aprendiendo a depositar la basura orgánica en bolsas verdes, las inorgánicas en amarillas y las tóxicas en rojo”, explicó.
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