Amas de casa, pobladores y estudiantes protestaron hoy ante las constantes alzas de los productos de primera necesidad que se han registrado durante las últimas semanas, sobre todo a partir de la reciente huelga cocalera, y que han convertido a este centro poblado en uno de los más caros de la región San Martín.
En efecto, en esta zona, los precios de los tubérculos, frutas, verduras, pollos y carnes, alquiler de habitaciones, servicio de cable de televisión y de agua potable alcanzan precios por encima de lo que se paga en la región San Martín y se incrementan aún más en temporadas de movilizaciones y huelgas cocaleras, como la reciente que bloqueó parcialmente las carreteras de acceso y salida del centro poblado.
En la reciente huelga cocalera, los comerciantes mayoristas y minoristas fijaron precios desmedidos en perjuicio de la población, argumentando la ley de la oferta y la demanda, pero lo peor fue que luego de la paralización, los precios de los productos no retornaron a sus costos iniciales.
En Santa Lucía, el precio del pollo por ejemplo alcanza los S/. 8.50 nuevos soles el kilo, la carne de res supera los S/. 14 nuevos soles, la papa blanca no se consigue a menos de S/. 1.50 nuevos soles el kilo, una lechuga chiquita se vende a S/. 1 nuevo sol, mientras que el aceite palmerota, que es producido en la misma zona, es vendido a la población en S/. 4 nuevos soles el litro.
Postulantes sufren la peor parte
El alto costo de vida en el centro poblado también viene afectando a cientos de postulantes a la Escuela Policial de Santa Lucía, quienes han llegado a esta localidad en forma masiva con el propósito de inscribirse para el concurso de admisión que se cerrará el próximo 20 de noviembre.
A diferencia de otras ciudades cercanas como Uchiza o Tocache, en donde el alquiler de una habitación oscila entre los S/. 30 y S/. 40 nuevos soles, los jóvenes que deben pasar varios días en Santa Lucía realizando sus trámites para postular deben pagar S/. 100 nuevos soles por el alquiler de un cuarto.
Los postulantes que vienen de otras localidades, y que en su gran mayoría son de escasos recursos, no encuentran un menú más barato de S/. 4 nuevos soles, por lo que generalmente se les ve paseando por la ciudad con un keke y una gaseosa en mano, que en nada les alimenta pero por lo menos algo les llena el estómago.