En opinión del especialista en temas de narcotráfico, Rubén Vargas, la relación entre el Gobierno y el sector cocalero entra en una fase de distanciamiento tras la reciente captura del dirigente de la Central Nacional de Cocaleros del Perú (CENACOP), Eduardo Ticerán, quien tenía una orden de captura por presuntos delitos de narcotráfico y terrorismo.
“En términos políticos, se complica la relación entre el Gobierno y los cocaleros porque se ha detenido al principal dirigente cocalero del Monzón y paralelamente se ha reiniciado la erradicación en Aguaytía”, manifestó Vargas.
Agregó que la CENACOP y la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú (CONPACCP) estaban dando los primeros pasos en formación de una nueva organización cocalera que agrupe a todos los valles cocaleros, incluidos el Monzón.
“En esa coyuntura es que se produce la captura de Ticerán a quien la Conpaccp le estaba dando su apoyo al punto que semanas atrás sacó un comunicado calificándolo de perseguido político”, explicó.
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