La región San Martín, con la producción de aceite vegetal carburante como combustible mezclado con diesel o petróleo, es una de las que lidera este proceso de cambio bioenergético en el Perú. Desde el 2010 se comercializa en todo el país combustibles ecológicos o biocombustibles, en aplicación del Reglamento de la Ley Nº 28054 – Ley de Promoción del Mercado de Biocombustibles, que fomenta el desarrollo agropecuario y agroindustrial, genera empleo, disminuye los niveles de contaminación ambiental existentes, y constituye una alternativa contra el cultivo ilícito de la hoja de coca.
Esta ley responde al llamado mundial para contrarrestar los efectos del cambio climático en todo el mundo producto de la contaminación ambiental; a través del Protocolo de Kyoto los países tomaron acuerdos y compromisos para recuperarse de esta tendencia amenazante. Este protocolo exhorta a reducir las emisiones de la quema de combustibles fósiles que están causando el calentamiento global y los cambios climáticos promoviendo el uso de los combustibles limpios.
Ante ello, se promociona la producción de biocombustibles que debe hacerse bajo estándares de producción sostenible y de gestión sostenible ambiental en su ciclo de vida.
Los planes de producción deben incluir acciones para evitar la degradación del hábitat y la introducción y propagación de organismos genéticamente modificados y de nuevas especies exóticas invasoras. Se entiende por biocombustibles a los productos químicos que se obtengan de materias primas de origen agropecuario, agroindustrial o de otra forma de biomasa y que cumplan con las normas de calidad establecidas por las autoridades competentes.
En el Perú, la Ley N° 28054, Ley de Promoción del Mercado de Biocombustibles, establece políticas generales, para la promoción de la producción de biocombustibles en la Selva, dentro de un Programa de Desarrollo Alternativo Sostenible. Esta política de biocombustibles es orientada por el Ministerio del Ambiente, que va acorde con la diversificación de la matriz energética al ofrecer una oportunidad para el país y los productores, y beneficios para el medio ambiente y la salud.
Frente a ello, la cartera del Ambiente toma las medidas contra las presiones e impactos que sobre el patrimonio natural y la biodiversidad tendría la producción de materias primas bioenergéticas. Asimismo, está atento al cumplimiento de instrumentos ambientales para el uso sostenible de los suelos, los recursos hídricos y la biodiversidad.
Dentro de esas medidas de protección indica que no se debe talar bosques primarios para biocombustibles, que debe darse el uso eficiente del agua especialmente en la costa, que tampoco deben usarse las tierras dedicadas al cultivo de alimentos.
Por lo tanto, para el cultivo de materias primas para biocombustibles no se debe talar bosques primarios y no se debe contribuir a incrementar la deforestación y la consecuente afectación a la biodiversidad. Según el INRENA, al año 2000 se ha deforestado en el país más de 7.2 millones de hectáreas de bosques amazónicos. La velocidad de deforestación es de 150 mil hectáreas por año.
Para desarrollar estos cultivos necesariamente debe usar como herramientas de gestión la zonificación ecológica económica, el ordenamiento territorial y la capacidad de uso mayor de los suelos, como establece el DS Nº013-2005-EM, Reglamento de la Ley de Promoción del Mercado de Biocombustible.
Este reglamento indica en su artículo 14 que los proyectos de inversión en cultivos para la producción de Biocombustibles (…) deberán tener en cuenta la zonificación ecológica y económica de la región, cuenca y/o localidad, y de no existir la misma, se tomará en cuenta la Capacidad de Uso Mayor de los Suelos.
Uso eficiente del agua
La investigación y el desarrollo biotecnológico debe contemplar el uso de especies con bajo requerimientos de agua o en todo caso mediante el uso de aguas residuales tratadas. En la costa debe buscar ahorro del recurso hídrico mediante tecnología de riego de alta eficiencia.
En cuanto a disponibilidad hídrica, en la selva peruana es del 97.7%, comparado con la costa que es de 1.8%, por ser estas zonas áridas y sub húmedas. En cuanto al índice poblacional, el 26% de la población se asienta en la selva y el 70%, en la costa.
Para los cultivos generadores de biocombustibles, como es el caso del piñón, no se debe utilizar tierras actualmente dedicadas al cultivo de alimentos. Para este caso debe evitarse la competencia con tierras agrícolas aptas para el cultivo de especies alimenticias. La producción de materias primas para los biocombustibles se fomentará en tierras eriazas, áreas desforestadas y pastizales degradados, porque la expansión de cultivos para biocombustibles podría afectar la agrobiodiversidad.
Mezcla de biodiesel con diesel
El Biodiesel es el producto de la mezcla de ésteres (de acuerdo con el alcohol utilizado) de ácidos grasos saturados e insaturados de diferentes masas moleculares derivados de la transesterificación de aceites y grasas de origen animal o vegetal obtenida a partir del aceite de palma, piñón, higuerilla, soya, girasol, etc.
En el reglamento de la Ley de Promoción de Biocombustibles se establece el porcentaje de mezcla del biodiesel con el diesel para su comercialización en el país, y un cronograma de obligatoriedad del uso de estas mezclas a partir de enero del 2009 en 2% y a partir de enero del 2011 del 5%.