Respecto al avión militar ruso que se precipitó el lunes en las aguas Mar Negro, por el momento no hay indicios que sustenten la posibilidad de un atentado, indicó el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso.
Al respecto, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, precisó que «todas las versiones son estudiadas y es demasiado pronto para decir algo con certeza». Sin embargo, fue enfático al remarcar que «como ustedes saben, la tesis de un acto terrorista está lejos de encabezar la lista».
Las principales causas de la tragedia que manejan los investigadores, según una nota del FSB, son las de un posible «impacto de objetos en los motores, combustible de mala calidad que pudiera ocasionar un fallo de los motores, error de pilotaje o un fallo técnico del avión».
Se sabe que el Tu-154 es un avión de tres motores de fabricación soviética diseñado a finales de la década de 1960. Se han construido más de mil y han sido muy empleados por aerolíneas rusas y de otros lugares. El avión estrellado se construyó en 1983 y en 2014 pasó por comprobaciones de fábrica y tareas de mantenimiento.