Ronderos campesinos de Tocache realizaron una movilización pacífica por las diferentes calles de la provincia para exhortar a las autoridades a administrar justicia correctamente e implementar buenas políticas para combatir la delincuencia.
Salieron a protestar ante el último crimen que conmocionó a la población. Silverio Maluka Mejía fue cruelmente torturado y asesinado en su propia vivienda. Las investigaciones determinaron que su esposa fue la autora intelectual del hecho de sangre.
Después de la reconstrucción del macabro hecho, los ronderos abarrotaron las calles con el ataúd de la víctima en hombros exigiendo fuertes sanciones. Llegaron hasta la sede del Poder Judicial de la provincia para pedir a las autoridades sancionar con todo el peso de la ley este tipo de actos.
Uno de los ronderos, identificado como Montejo, dijo que las rondas campesinas no deberían existir, pero son necesarias ante la inoperatividad de las autoridades. Además pidió un mayor compromiso ciudadano para no regresar a décadas pasadas dominadas por el terror.