LIMA. “Cosmic Traces» es el título del proyecto que el fotógrafo Roberto Huarcaya elaboró para representar a Perú en la Bienal de Venecia 2024. Junto a él, lo acompaña un destacado equipo curatorial conformado por los curadores Joan Fontcuberta, Alejandro León Cannock, Andrea Jösh, Amanda Antunes y Víctor Vich.
Entre los proyectos fotográficos de Huarcaya, se encuentran los ya reconocidos “Amazogramas”, una obra monumental que comprende una serie de fotogramas a gran escala que lleva trabajando desde hace casi 10 años, como un registro de la Amazonía a tamaño real. Dentro de sus propuestas visuales a partir de fotogramas a gran escala, están los “Andegramas”, que consiste en una travesía fotográfica en los andes peruanos. Así como “Océanos”, registro del mar peruano de una forma íntegra y solemne. Los tres proyectos en conjunto los presentó por primera vez el 3 de julio en uno de los festivales de fotografía más grandes del mundo: Encuentros de Arlés, en el sur de Francia.
La Amazonía en la escena artística y cultural
Los ríos sobreviven trasladando vida, dentro de un cúmulo de amenazas, son el camino pero también el destino y la vida misma. Para entender el pensamiento y la idiosincrasia amazónica, hay dos aspectos fundamentales: el mito y el rito, que forman parte de la cotidianidad y la diversidad de visiones, estéticas y procesos que hacen la mirada amazónica tan necesaria y vital para estos tiempos. Y sobre todo, un mundo de saberes originarios que siembran la armonía entre el ser humano y su territorio.
Vivimos en un país donde más del 60% del territorio corresponde a la amazonía, no obstante, es la región más ignorada y perjudicada en la historia republicana del Perú. Por eso resulta de suma importancia visibilizar sus diversas expresiones como parte de la apuesta social, institucional y artística. Hoy, el arte amazónico ha accedido a un espacio en la escena artística y cultural, que antes le había negado por estéticas y pensamientos occidentales que no reconocían esa expresión como un arte y no dejaban que esa voz que necesitamos se escuche.
Olinda Silvano y Harry Chávez: Koshi Kené
Una muestra de ello es el proyecto “Koshi Kené” de la artista shipibo-konibo y lideresa indígena Olinda Silvano y del artista Harry Chavez, comisariado por el curador Alfredo Villar. Aunque no ganó, este proyecto quedó en segundo lugar del concurso nacional para la representación de Perú en la Bienal de Venecia 2024, en una final muy ajustada. Durante la primera votación, quedó empatado en el primer lugar junto al de Huarcaya, por lo que se tuvo que ir a una segunda votación.
El haber llegado a la final de la selección peruana para la Bienal de Venecia, la exposición más importante del mundo en arte contemporáneo, es un enorme reconocimiento al arte amazónico debido a la histórica exclusión sufrida por los pueblos indígenas al silenciar y ocultar su voz propia en diversas manifestaciones. La propia trayectoria de los pueblos indígenas ha ido conquistando diversos espacios, tanto a nivel de estado como de la sociedad.
Esperemos que este acontecimiento se convierta en un impulso para la valoración del arte ancestral amazónico y andino, mediante nuevas acciones que permitan promover el arte ancestral en todas sus dimensiones, y no solo catalogarlo como “artesanía”. O pensar también en una bienal con temática indígena o decolonial que recién considere a todas las voces que deben ser escuchadas.