Río +20: “Cada año se deforestan entre 150 mil y 300 mil hectáreas de bosques tropicales por obra del cultivo de coca…”

Hace 20 años la delegación peruana arribó a Río de Janeiro y presentó un panorama crítico en la Cumbre de la Tierra ante más de cien jefes de Estado: “Un país en colapso, azotado por diversos males”. Narcotráfico: “Cada año se deforestan entre 150 mil y 300 mil hectáreas de bosques tropicales por obra del cultivo de coca…”. Terrorismo: Era junio de 1992, faltaban tres meses para que Abimael Guzmán fuera capturado. El país vivía una crisis social y económica profunda. Bajo ese contexto, ¿qué podía proponer el Perú en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo?

“No se tenía conciencia del tema ambiental en el régimen de Fujimori. El Perú estaba más preocupado por sus problemas y en la situación de colapso y crisis social. Lo cual no quiere decir que no había organismos preocupados por el tema”, sostiene el director del Instituto de Ciencias de la Naturaleza, Territorio y Energías Renovables (INTE) de la PUCP, Augusto Castro. Hoy, 20 años después y bajo otro escenario, ¿cuánto ha avanzado el país en el tema ambiental y en qué se puede comprometer en la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Río+20?

El informe país
“Cualquier planteamiento y desarrollo sobre economía verde deberá tener un énfasis en la inclusión”, dice la coordinadora de Río+20 del Ministerio del Ambiente (Minam), Rosa Morales. El concepto de desarrollo sostenible, tema central de la cumbre por celebrarse del 20 al 22 de junio, abarca tres pilares: economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza; marco institucional para el desarrollo sostenible y prioridades temáticas abordadas en la Agenda 21.

Estos tres pilares sostienen el informe país, que ha sido formulado bajo el liderazgo del Minam y “que recoge los avances, los obstáculos, los desafíos y las perspectivas respecto al desarrollo sostenible”. El documento se encuentra en su revisión final. Pese a eso, se sabe lo que abordará el país.

“Los temas más presentes tienen que ver con la seguridad alimentaria y energética, y el agua. Hemos planteado objetivos de desarrollo sostenible que complementen los Objetivos del Milenio. También proponemos un Pabellón de Montañas, para levantar el tema en el ámbito global”, detalla Morales. El sector privado, a diferencia de lo ocurrido en el año 92, cobra mayor presencia en el informe país: da orientaciones y alineamientos en su accionar. Y el tema de la minería se ajusta a “construir unas industrias extractivas que no originen los conflictos que tenemos hoy”.

Rol clave
En estos 20 años –resalta la directora del proyecto Planificación ante el Cambio Climático, Lupe Guinand– se ha dado un desarrollo institucional y legal muy amplio que no se ha manifestado todavía en todas las acciones necesarias y mecanismos financieros. “Hace 20 años se puso sobre la mesa los principios y el plan de acción y convenios muy específicos. Las normas y los estándares nacen con esos principios que todavía falta bajarlos a la tierra. La gran diferencia es que hay un gran avance en involucramiento del sector privado”, afirma.

La Cumbre de la Tierra, concuerdan todos, le sirvió al Perú para mejorar su institucionalidad ambiental. Hoy, en Río+20, podría jugar un papel clave: ser un país proactivo y desarrollar temas como manejo de agua y de residuos sólidos, energía y deforestación. El tiempo corre.

PROPUESTA PARA RÍO+20
PABELLÓN DE MONTAÑAS
Con la colaboración de aliados estratégicos alrededor del mundo, el Gobierno del Perú liderará el Pabellón de Montañas en la conferencia Río+20. El objetivo es mostrar a los representantes de 191 países y de la sociedad civil los avances y logros en torno al desarrollo sostenible en las regiones de montaña.

CUMBRE DEL 92: RESULTADOS
En la Cumbre de la Tierra, 172 gobiernos, incluidos 108 jefes de Estado y de Gobierno, aprobaron tres grandes acuerdos que habrían de regir la labor futura: la Agenda 21, un plan de acción mundial para promover el desarrollo sostenible; la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, un conjunto de principios en que se definían los derechos civiles y obligaciones de los estados; y una declaración de principios relativos a los bosques, directrices para la ordenación más sostenible de los bosques en el mundo.

También se abrieron a la firma dos instrumentos con fuerza jurídica obligatoria: la Convención Marco sobre el Cambio Climático y el Convenio sobre la Diversidad Biológica. Al mismo tiempo, se iniciaron negociaciones con miras a una convención de lucha contra la desertificación, que entró en vigor en 1996.

FUENTE: EL COMERCIO