LIMA. El correcto uso del agua para fines agrícolas es de vital importancia en un país como el Perú, que viene desarrollando en los últimos años importantes proyectos de irrigación como Olmos, Chavimochic y Majes Siguas. Este proceso de modernización debe ir acompañado de una apuesta de agricultores, agroexportadores y juntas de propietarios por la tecnificación del riego en sus fundos, lo que les ayudará a tener mayor control y seguridad de los procesos, y ahorros de hasta el 30 % en agua y energía, entre otros beneficios.
En promedio, la agricultura emplea el 70 % del agua que se consume en el mundo i, donde se calcula que más de 330 millones de hectáreas cuentan con instalaciones de riego. En esa misma línea, la agricultura de regadío -que representa un 20 % del total de la superficie cultivada y aporta el 40 % de la producción total de alimentos en el planeta i– se ha ido modernizando y tecnificando en las últimas décadas, con el objetivo de aumentar la eficiencia de riego y el consiguiente ahorro de agua y energía.
“Los sistemas de automatización ofrecen una serie de beneficios, entre ellos el ahorro de hasta el 20 y el 30% del agua y también de energía al poder programarse y automatizarse el riego en horas de menor consumo, o según las condiciones meteorológicas”, señala Ayrton Díaz, experto en tecnología agraria del departamento técnico de Grupo Hidráulica, quien además pone el énfasis en el impacto positivo de la tecnificación en la agricultura peruana, que representa el 6 % del PBI nacional.
Por tanto, miles de pequeños, medianos y grandes agricultores peruanos, y especialmente las juntas de propietarios, “tienen la oportunidad de apostar por la tecnificación de sus cultivos con sistemas de riego inteligente acordes a las necesidades de cada fundo, lo que les asegura un correcto uso del agua y el monitoreo de todos los procesos”, explica Díaz.
Cinco razones para invertir en un sistema de riego inteligente
- Mayor rendimiento y calidad de los cultivos, ya que el riego se puede programar y controlar según el tipo de planta para que esta trabaje en mejores condiciones y reciba el abono necesario.
- Menor consumo de agua y reducción de costos de energía, debido al uso de sensores de humedad, contadores, registros históricos y una central meteorológica que permiten bombear solo el agua necesaria en cada momento, por ejemplo, cuando hay viento, lluvia o heladas.
- Centralización y gestión remota del proceso para uno o cientos de usuarios, gracias al empleo de tecnologías inalámbricas y un software intuitivo de fácil manejo instalado en una computadora. Esto permite programar y diferenciar el riego por sectores y controlar cada válvula dentro de una misma explotación.
- Ahorro en costos de instalación y mano de obra, ya que el sistema es fácil de ampliar y se evitan los problemas derivados del cableado, como tormentas o roturas con el paso del tiempo.
- Informes en tiempo real del estado del sistema y envío de SMS, ya que el funcionamiento del sistema se hace desde la computadora y se generan distintos avisos para mayor seguridad, como cuando se producen roturas en válvulas o tuberías.