Un equipo internacional de investigadores liderado por la Dra. Jackie Gerson de la Universidad de Duke y en colaboración con otros investigadores entre los que se encuentra la Dra. Claudia Vega, coordinadora del programa de Mercurio del Centro de Innovación Científica Amazónica (Cincia), realizó una investigación que detalla las consecuencias asociadas al crecimiento drástico de actividades ilegales de minería artesanal y de Pequeña Escala (Mape) en la última década en los ríos de la región. El estudio fue publicado el 28 de enero en la revista científica estadounidense, Nature Communications, en el enlace: https://go.nature.com/3g517Mw
Así lo informó el Cincia, que añadió que el estudio se realizó en el sureste de la Amazonía peruana, en el departamento de Madre de Dios, donde se han deforestado más de 100 000 hectáreas por actividades ilegales de la Mape en depósitos aluviales y dentro de áreas protegidas nacionales. Entre los hallazgos de la investigación se demostró que “el mercurio no solo se concentra en los peces de los cuerpos de agua de las zonas impactadas, sino que también alcanza los bosques donde puede tener repercusiones diversas en su fauna”, explicó la investigadora Claudia Vega.
Para realizar este estudio, desde el 2018 se recolectaron y analizaron muestras de aire, agua de lluvia, suelo, hojas verdes de la parte superior de los árboles de las zonas afectadas y hojarasca, comprobándose que los árboles de bosques preservados cerca de actividad Mape, desempeñan un importante papel en la captación del mercurio liberado al aire por esta actividad, y la incorporación del mismo en el suelo donde puede alcanzar altas concentraciones y afectar la fauna terrestre. Se encontró que las aves de esta área tienen hasta doce veces más mercurio que las aves de otras áreas remotas.
Los bosques captan y almacenan mercurio del aire
Al analizar los suelos de áreas boscosas preservadas en las zonas más impactadas por la Mape, se pudo verificar que éstos actúan como un depósito de mercurio. Esto es sumamente importante porque el mercurio almacenado en los bosques no está entrando a los ríos y lagos, donde se transformaría en su forma más tóxica (metilmercurio) y aumentaría aún más la contaminación en los peces. De esta forma, los bosques vivos ayudan a evitar un aumento mayor en el riesgo de exposición por consumo de pescado.
Finalmente, el Cincia reportó que la investigación demuestra la importancia de mantener los bosques preservados para captar el mercurio que se emite desde las zonas impactadas por la actividad ilegal, así como la necesidad de impulsar el uso de tecnologías limpias en las actividades productivas, especialmente en la Mape.
La protección continua de los bosques intactos es un aspecto importante para el manejo de la dinámica del mercurio en los ecosistemas amazónicos. Si estos bosques son talados o quemados para actividades mineras o agrícolas adicionales, el mercurio que actualmente se almacena en estos, podría transportarse a cuerpos de agua cercanos, desarrollando efectos negativos en la salud de las poblaciones consumidoras de pescado, informó el CINCIA a INFOREGIÓN.
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