Bajo la ponencia “Restauración de humedales en la Amazonia peruana: Experiencia en el canal de Puinahua – río Ucayali”, Rosario del Águila Chávez, del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), resaltó la participación de la población local en su implementación.
La ponente detalló estas y otras etapas de la iniciativa durante su participación en el evento virtual denominado “Es hora de la restauración de los humedales”, organizado por el Ministerio del Ambiente (Minam) y el Comité Nacional de los Humedales, en el marco del Día Mundial de los Humedales.
La ponente dijo que la iniciativa empezó el 2021 y continúa hasta hoy. El área de intervención es de 7.45 ha y se ubica en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Pacaya Samiria, específicamente en la comunidad nativa “7 de junio”, que tiene más de 500 familias. Se trata de un espacio con uno de los humedales más grandes de la Amazonía, considerado Sitio Ramsar desde 1992, recordó.
Seguidamente, citó que antes de la intervención se hizo un estudio de la zona y por ello se identificaron los niveles de inundación que presenta la topografía de su suelo. “El área explorada es un bosque inundable con vegetación típica de especies resistentes a periodos de inundación prolongada”, explicó.
Añadió que se seleccionó unas 19 especies a ser sembradas en el área. También se tuvo en cuenta el conocimiento que al respecto tenía la misma población, por ello el proceso comprendió reuniones con esta y las autoridades de la comunidad de “7 de junio”. Era importante tener el apoyo de sus pobladores para que participen en las actividades de la restauración.
Citó que los técnicos capacitaron a la población en el manejo de drones, la preparación del sustrato y el traslado de los plantones. Resaltó que se registró una participación masiva de ellos para aportar en la restauración del bosque. Es así que las familias acopiaron los plantones en sus casas. También se instaló un vivero forestal comunal para albergar unos 8500 plantones. La plantación se hizo con los pobladores y se usaron especies forestales y maderables, anotó.
A los nueve meses de iniciada la iniciativa se evaluó la resiliencia de las especies plantadas. Como resultado se registró que cinco especies (retama, camu camu, punga, tamara y catahua) han sido las que registraron un mayor índice (50%) de sobrevivencia.
Finalmente, la ponente sostuvo que la iniciativa fomentó la conservación de la biodiversidad, mejora la seguridad alimentaria de poblaciones locales, mejora las oportunidades de bionegocios y fortalece métodos viables de mitigación y adaptación al cambio climático.