Respaldan posible derogatoria de la ley que permite el trasvase del río Marañón

Las cámaras de comercio de San Martín y Loreto saludaron la decisión del Consejo de Ministros de promover la derogación de la Ley 29760 que establece el Trasvase del Marañón y el represamiento de las aguas del río Huallaga con miras desarrollar un megaproyecto hidroenergético.

El presidente de la Cámara de Comercio, y Producción de San Martín-Tarapoto, Alexander Albán Alencar, sostuvo que la mencionada Ley no contaba con sustento técnico y no generaba ningún beneficio para la Amazonía.

En ese sentido, propuso que los recursos que se tenían previstos destinar para realizar las obras del trasvase sean invertidos en la construcción de una gran Central Hidroeléctrica en la Amazonía con lo que se abrirían las puertas  para la instalación de nuevas empresas o fábricas en la zona.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Loreto, Víctor Valdivia Barberis, manifestó que la Ley de Transvase del Marañón implicaba que durante un período de cuatro meses al año, se le quitaran recursos hídricos a la Amazonía.

“Ello iba a implicar el  desplazamiento obligatorio de un importante porcentaje de pobladores de la región. Estamos de acuerdo con la derogación de esta ley porque no traía beneficios para la selva y creemos que si en un futuro se decidiera presentar un proyecto se debe conversar y negociar los involucrados”, enfatizó.

Cabe recordar que a través de un comunicado, las Cámaras de Comercio de la Amazonía señalaron, semanas atrás, que la Ley de Trasvase afectaría el potencial hidroenergético de las regiones de San Martín y Amazonas, (aproximadamente de 10,000 MV), lo que conllevaría a un menor canon  energético, perjudicando el desarrollo socio económico de las regiones.

También indicaron que el proyecto multimodal IIRSA Norte se vería seriamente afectado porque se pondría en riesgo la operatividad del Puerto de Yurimaguas, perjudicando el desarrollo de actividades importantes, como el transporte terrestre y fluvial, la agroindustria, la agricultura, la actividad forestal,  el eco turismo, y lo más importante,  la biodiversidad de la zona.

Ello traería como consecuencia, un impacto negativo en la economía de más de dos millones y medio de habitantes de los pueblos amazónicos, así como en el desarrollo social de sus conciudadanos.