“La reciente renuncia del Papa Benedicto XVI es la clara demostración de un gran desprendimiento y debe llevar a los fieles católicos a una reflexión profunda, así como a la práctica mayor de la oración por la Iglesia”, declaró el sacerdote Kiko Flores Satalaya, párroco de Tingo María.
El religioso dijo a INFOREGIÓN que Benedicto XVI descubrió que la conducción de la Iglesia requiere de alguien que pueda tener mayores fuerzas físicas y mentales, dado que el Siglo XXI avanza “a mil por hora” y en ese sentido, siendo un tiempo nuevo, el Sumo Pontífice prefiere dejar la posta a otra persona que pueda afrontar, con la energía física necesaria, este siglo de cambios acelerados.
Santolaya también recordó que el Papa ha sido operado del corazón y se le ha colocado un marcapasos. Informó además que el sumo pontífice no ha roto ningún esquema y que su decisión se ajusta a lo que indica el derecho canónico.
Finalmente, el párroco pidió a la feligresía mantener firme su fe recordándoles que la Iglesia no es una institución humana, sino divina.sumo