Los recientes ataques a las patrullas policiales en las alturas de Huancavelica y en el valle del río Apurímac y Ene (VRAE), confirman una vez más que los remanentes de la organización terrorista Sendero Luminoso han dejado de lado su ideología para convertirse en simples sicarios de la droga. Lo dijo el analista Rubén Vargas, al evaluar los actos de violencia de los últimos días que ya van cobrando la vida de seis agentes de la Policía Nacional.
No es casualidad que los remanentes Sendero Luminoso se hayan refugiado en las zonas de producción de coca ilegal y de elaboración de pasta básica de cocaína, expresó Vargas. «Estas áreas se ubican en la selva alta, con grandes dificultades geográficas para el accionar de las fuerzas del orden. Además, permite a los subversivos mimetizarse entre la población, que depende casi en un 90 por ciento de la actividad económica generada por el narcotráfico», señaló.
El analista también explicó que una pequeña organización con hombres entrenados y armados, como lo es Sendero Luminoso en la actualidad, fácilmente puede imponerse en el VRAE, donde la presencia del Estado es casi nula, y ofrecer sus *servicios de seguridad* a los traficantes de cocaína. «Los remanentes de SL hace tiempo que abandonaron su ideología, pues saben muy bien que fracasaron en su intento de tomar el poder. Como tampoco tienen posibilidades de expandirse como organización, sólo les queda golpear a todo aquel que se enfrente a los intereses del narcotráfico, a cambio de dinero», acotó.
Entre tanto, el gobierno aún no asume una ofensiva frontal e integral contra este fenómeno. Tal vez por desconocimiento del tema o por ausencia de una propuesta verdaderamente seria al respecto, la presencia del Estado en el VRAE se reduce a unos cuantos destacamentos antisubversivos del Ejército, que por su parte hace buen tiempo que dejaron de patrullar más allá de sus sedes. Hace falta priorizar recursos hacia esas zonas, activar las bases, incrementar el patrullaje, hacer sentir la presencia del Estado en la zona. Por su parte, la Policía debe retomar la inteligencia operativa y dar golpes de mano luego de tener una buena información.
Vargas alertó sobre un probable rebrote de violencia a partir del mes de febrero, cuando terminará la tregua al gobierno dictada por el terrorista *Artemio*, y se reinicien las operaciones de erradicación de cultivos ilegales de hoja de coca, y destrucción de laboratorios rústicos para la elaboración de pasta básica de cocaína.