Reina de la minería ilegal compra finca por US$ 8 millones

La puneña Rocío Torres Carcasi, de tan sólo 29 años, ha comprado por ocho millones de dólares la finca taurina de «Yerbabuena». Tras el asesinato de su hermano, heredó una fortuna amasada por su padre en los helados socavones del centro poblado minero de La Rinconada. Hoy, su empresa Titán, tiene más de un centenar de petitorios mineros y su fortuna traspasa el Atlántico.

Los toros de la Dehesa “Yerbabuena” pastan entre encinares bajo el sofocante sol del verano sevillano. La estampa de esta finca andaluza, nido de amor de la fallecida tonadillera española Rocío Jurado y el torero retirado José Ortega Cano, es un paraíso para su nueva dueña: la joven puneña Rocío Torres Carcasi.

«Yerbabuena» le costó literalmente oro. Alrededor de ocho millones de dólares –según reveló el diario español El Mundo– pagados con los lingotes de una familia que reina a más de 5,000 metros de altura en el centro poblado minero de La Rinconada, en Puno.

Para su compra el pasado 19 de julio, la heredera de un imperio forjado en la minería informal constituyó en España la Sociedad Limitada Los Raudales, dedicada según el registro mercantil de Sevilla a «la construcción, el comercio al por mayor y al por menor, las actividades inmobiliarias, las industrias manufactureras, textiles, el turismo y la restauración».

Un rubro más que amplio que revelaría su intención de dejar atrás un pasado brillante pero sangriento y quedarse una temporada en España, tal y como confirma el abogado de la familia, César Nakazaki.

Tras el asesinato en 2012 de su hermano Iván, llegar hasta Rocío Torres es prácticamente imposible. Su casa y la sede administrativa de su empresa aurífera Titán SAC. son fortines impenetrables custodiados con armas. En ambos, personal de seguridad negó al diario La República tanto el acceso como cualquier tipo de información.

Con la compra de «Yerbabuena», la tocaya peruana de la fallecida cantante española pone en evidencia la historia y sobre todo, la enorme fortuna de una familia desconocida fuera del altiplano. Una fortuna que aglutina más de un centenar de petitorios mineros y propiedades inmobiliarias en Lima, Puno y ahora también en España.

ORO Y SANGRE
La familia de la nueva dueña de «Yerbabuena» encarna el sueño de El Dorado para los 35 mil mineros que malviven en La Rinconada, un laberíntico centro poblado de calles de fango y mercurio. Pero el oro brilla para pocos en los socavones de los campamentos mineros informales. Y para los que sí brilla, como es el caso de «Los Torres», cuesta sangre.

A los 28 años, Rocío se convirtió en la «reina de la Rinconada» al heredar las empresas auríferas Titán SAC y Titán Contratistas Generales después de que su hermano fuera acribillado a balazos en octubre de 2012 en plena carretera,   cuando supuestamente transportaba oro de La Rinconada a Juliaca.

Tan sólo un año antes de su asesinato, el primogénito de los Torres asumía la gerencia general de las empresas familiares tras el fallecimiento del patriarca de la familia, Percy Torres Ríos. Su reinado duró tan sólo un año.

Tras el asesinato de Iván Torres (28), la policía trasladó desde Lima agentes especiales de la Dirincri para investigar un crimen para el que se usó armamento policial.  Hasta el momento 4 integrantes de la banda «Los Malditos Injertos Metalúrgicos del Sur» han sido  detenidos, acusados de un asalto en el que habrían participado como cómplices trabajadores de la propia empresa.

El día de su muerte, el joven «rey del oro» viajaba en una camioneta 4×4 acompañado tan sólo por un chofer y un guardaespaldas armado, quienes también fueron asesinados. Iván sobrevivió a las primeras ráfagas de AKM y Gal y fue secuestrado por los asaltantes, quienes finalmente lo ejecutaron de dos tiros en la cabeza y uno en el cuello.

La familia prefirió guardar reserva sobre la cantidad de oro que transportaba la camioneta.
Unos meses antes de su asesinato, en agosto, la sede de Titán había sido asaltada por delincuentes con armas de largo alcance. Tras asesinar a uno de los vigilantes y herir a otro, huyeron con decenas de lingotes de puro oro.

Al igual que tras el asesinato de Iván, la familia dio contradictorias declaraciones sobre la cantidad de oro robado, que finalmente su abogado, César Nakazaki, elevó a 114 kilos. Un vaivén de cifras que lleva a la sospecha con respecto a cuál es la producción real de unas empresas con petitorios mineros que figuran en el registro de pequeña y mediana minería.

LA LEYENDA DEL CLAN
La Compañía Minera Titán figura en el puesto 455 del ranking de las 500 empresas más grandes del país, elaborado por América Economía. Según este portal web, la empresa minera factura más de 50 millones de dólares anuales.

El origen de este emporio del oro se remonta a los años 80, cuando Percy Torres, el jefe del clan familiar, emigró de su Azángaro natal a La Rinconada con nada más que sus manos para trabajar.

Su éxito ha tejido las más inverosímiles leyendas tanto en Juliaca como en La Rinconada. Los mineros andinos creen que las entrañas de las montañas son habitadas por diablos, a los que hay que ofrendar sangre para lograr encontrar oro. Por eso, aquellos mineros que son tan afortunados como Percy Torres son acusados de hacer pactos con el diablo. Y según las creencias andinas, los pactos con estos espíritus tienen un alto precio.

Percy Torres comenzó al «cachorreo», trabajando 29 días al mes para su patrón y uno para sí mismo en concesiones ilegales de terceros. Después, según los testimonios recogidos en Juliaca, pasó a ser capataz y en los 90 comenzó a extraer oro de los socavones como independiente.

A lo largo de su trayectoria sufrió las subidas y caídas del precio del oro, pero no desfalleció y, gracias al boom del precio de los metales que alcanzó cotas máximas en esta década, se convirtió en millonario.

No fue hasta 2003 que fundó su empresa Titán SAC, que cuenta con 170 petitorios mineros, entre vigentes y extinguidos. En 2008 formó una nueva empresa, Titán Contratistas Generales SAC, que hoy cuenta con una oficina en San Isidro y tiene según la Sunat 391 trabajadores.

Sorprendentemente, esta empresa figura como Pequeño Productor Minero en el registro del Ministerio de Energía y Minas, donde todavía aparece como titular el fallecido Iván Torres Carcasi.

ORO Y TOROS
Con parte de las ganancias de su imperio aurífero, el jefe del clan compró en 2011 la hacienda Checayani, en su Azángaro natal.

La enorme hacienda de 3,500 hectáreas se encuentra en el distrito de Muyani, junto a la comunidad campesina de Tumuyo, habitada tan sólo por 50 familias que denuncian a La República accidentes con los toros bravos que se crían en Checayani.

Al contrario que en su mina de La Rinconada y en sus propiedades en Juliaca, en Checayani se respira paz.

Según informó la comunidad, en la finca trabaja un mayordomo, cinco pastores encargados de los 200 ganados bravos y dos que se ocupan del pastoreo de alpacas y ovejas. En tiempo de cosecha, los Torres contratan a agricultores de la zona de forma temporal. Adicionalmente, un grupo de obreros están refaccionando la infraestructura de la bella hacienda.

Checayani suministra actualmente toros a los ruedos andinos del sur y, ocasionalmente, ha logrado colocar reses en la feria de Acho, en Lima.

Checayani le habría costado a Percy Torres más de cuatro millones de dólares, según fuentes de Puno. Además de los terrenos ganaderos y de cultivo, la propiedad cuenta con una bella hacienda solariega y un ruedo taurino, donde el papá Torres organizó poco antes de su muerte una corrida por fiestas patronales en la que participó el torero sevillano Franciso Javier Corpás.

Sin embargo, el jefe del clan de los Torres disfrutó poco más de un año de su paraíso taurino. Falleció el 19 de julio de 2011 a los 46 años.

Tras su prematura muerte, Checayani pasó a ser propiedad de su esposa, Maura Cecilia Carcasi Núñez, y la empresa minera quedó en manos de su hijo Iván, de tan sólo28 años.

Hoy, tras heredar el imperio familiar, Rocío Torres ha decidido comprar otra finca taurina muy lejos del altiplano.

En Juliaca, ella y su madre han sido objeto de amenazas de muerte por las que se han visto obligadas a vivir confinadas o a desplazarse acompañadas de impresionantes medidas de seguridad.

En «Yerbabuena», las Torres quizás busquen hallar la misma paz que encontró su padre enChecayani.  Mientras ellas prolongan su estancia en España, su imperio continúa bajo el sino de la violencia.

EL PATRIARCA: DE CAMPESINO EN AZÁNGARO A DUEÑO DE LA RINCONADA
Percy Torres fue un campesino indígena del distrito puneño de Azángaro que dejó su pueblo natal huyendo de los atentados de Sendero Luminoso y emigró al campamento minero de La Rinconada.

El patriarca de “Los Torres” trabajó primero como minero ilegal, después como capataz y en la década de los 90 comenzó a extraer oro de forma independiente.

Se casó con Maura Cecilia Carcasi Núñez y tuvo 3 hijos: Iván, asesinado en 2012, Rocío, actual heredera, y Ofelia.

Dejó la informalidad en 2003, fecha en la que constituyó la empresa minera Titán SAC. Según el Ingemmet, la empresa cuenta hoy en su haber con 170 petitorios mineros, 122 de ellos vigentes.

En 2008, forma Titán Contratistas Generales SAC. Esta empresa minera cuenta con ocho denuncios mineros en actividad en La Rinconada y también opera el rubro de importación/exportación. Cuenta según SUNAT con 391 trabajadores.

En 2011 compró la Hacienda Checayani, en su Azángaro natal. La enorme finca, de 3.500 hectáreas, cría 200 toros bravos, alpacas y ovejas.

Murió el 19 de julio de 2011 a los 46 años.  Su imperio fue heredado por su primogénito, asesinado en octubre de 2012. (Beatriz Jiménez y Luis Idme)

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