Reglamento de Bioseguridad está desfasado y no involucra al Ministerio del Ambiente

La prepublicación del Reglamento de Bioseguridad, transgénicos, que ha publicado en su página Web el Ministerio de Agricultura se encuentra desfasado, y tiene algunos temas que no están acorde con el tiempo como por ejemplo los cambios en la estructura del Estado tras la creación del Ministerio del Ambiente, sostuvo la Dra. Antonieta Gutiérrez, catedrática principal de la Universidad Agraria La Molina.
 
En conversación con Diálogo Ambiental, la experta refirió que se esperaba un documento que tome en consideración los últimos cambios ocurridos a nivel de la estructura del Estado.
 
«Después de esperar años para tener esta norma, en el último año se han suscitado diversos intercambios de opinión entre el Ministro del Medio Ambiente y el Ministro de Agricultura, lo que debería tomarse en consideración, esto significa que debio registrarse esos cambios en este reglamento, debe quedar en claro que hay una enorme necesidad de procurar el sistema de Bioseguridad con total responsabilidad,  no debe aprobarse este reglamento tal cual ha sido presentado» consideró.
 
Explicó que debe reconocerse que el sistema del Ministerio del Ambiente tiene que ser parte del Sistema de Bioseguridad, no solamente es el punto focal para documentación en «el protocolo de Cartagena» sino que debe formar parte del grupo técnico de cada uno de los sectores u órganos sectoriales competentes, que en este caso son Agricultura, Pesquería y Salud. 
Asimismo, Gutiérrez, manifestó que el Ministerio del Ambiente debe formar parte de estos grupos técnicos, que para el análisis de las notificaciones o los documentos en los cuales pidan autorización para cualquier uso de organismos vivos modificados, eso es muy importante.
 
«Realmente, todo este esfuerzo nos lleva a ver cómo debemos proteger y aprovechar sostenidamente los recursos genéticos que tiene el país que son tan valiosos, los transgénicos al cruzarse, porque son organismos vivos y fértiles, con los no transgénicos, los van a contaminar, y contaminada nuestra agrobiodiversidad, tendremos problemas no solamente en la identidad genética, que es patrimonio nacional, sino en muchas actividades económicas que hacen uso de las especies silvestres», 
En ese sentido precisó que nuestras especies en agricultura orgánica, se van a ver enormemente afectadas».
 
INIA es juez y parte
En otro momento, Antonieta Gutiérrez dijo que hablar de cómo regular los transgénicos es algo muy serio y en este caso en particular, en el tema de plantas y crianza, el INIA está siendo juez y parte en muchos aspectos. 
Por ello indicó que debe evaluarse en este reglamento  si realmente en el interior del Ministerio de Agricultura le corresponde al INIA ser la autoridad competente al respecto o puede por ejemplo ser el SENASA; que tiene mayor presencia a nivel nacional y además no sería juez y parte en este tema. 
«El reglamento debe ser revisado con detenimiento en cada uno de los sectores, y esto toma tiempo, por esa razón es que yo soy de la idea que de inmediato se debe generar una moratoria mínima de cinco años a nivel nacional para poder construir este sistema que todos deseamos, se trata del país al cual nosotros tenemos que reglamentar adecuadamente».
 
Al respecto dijo que la única alternativa de confluencia posible si no se llega a determinar la viabilidad del Perú libre de transgénicos, es tener un periodo de tiempo en el cual discutir seriamente estos aspectos.
 
«Yo coincido en la enorme preocupación que tiene el ministro del Ambiente, puedo no coincidir con exactitud en el tema de que prohibamos toda actividad relacionada con organismos vivos modificados, por ejemplo yo sí favorecería que haya un espacio de modificación con un monitoreo muy cercano, es decir, nosotros como país debiéramos investigar, no solamente investigar para usarlo, sino investigar para controlarlo», dijo la académica.
 
Agregó que si nosotros nos prohibimos la investigación, entonces no vamos a poder conocer los impactos que estos pueden generar en nuestros ecosistemas, debemos por lo tanto repensar qué es lo que queremos como país.
 
«Si nosotros quisiéramos controlar que no se realicen siembras en el campo, que no se introduzcan peces transgénicos en nuestro territorio, entonces pongamos una moratoria que prohíba los usos y las liberaciones, pero por ejemplo que sí se pueda investigar, investigar los ejemplos, el impacto económico, social ambiental que tiene estos transgénicos en nuestro territorio» consideró.