Los guardaparques del Parque Nacional Cordillera Azul (PNCAZ) que forman parte del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), registraron en video y fotografías, un oso de anteojos (Tremarctos ornatus) que se desplazaba dentro de esa área, en lo que constituye el primer registro grabado que se obtiene de un ejemplar después de cinco años.
De acuerdo al informe del personal del Puesto de Control 19 – Tornillal del PNCAZ ubicado en el distrito del Bajo Biavo, provincia de Picota, el encuentro se realizó durante un patrullaje al interior del área natural protegida, cuando los guardaparques recogían información de carbono en los bosques del Parque. Durante el breve encuentro, se pudo apreciar que el osezno se desplazaba al parecer en busca de alimentos, momento en el que se aprovechó para hacer el registro audiovisual.
Anteriormente un ejemplar fue fotografiado en las cercanías del Centro de Guardaparques Pucayacu en Huánuco, también por guardaparques de Cordillera Azul.
Con este nuevo reporte, se confirma que los osos de anteojos habitan en esta parte del país gracias a la protección que encuentran en el PNCAZ, convirtiendo a esta zona en un corredor biológico que se extiende hacia la cadena montañosa de los andes, ya que los osos habitan en los bosques secos de la costa, en la puna o páramo y se extienden por la selva alta hasta el bosque tropical amazónico sobre los 300 msnm.
El oso de anteojos u oso andino que vive hasta los 36 años en cautiverio, es una especie que se caracteriza por tener manchas blancas o amarillentas en la cara (ojos y hocico), siendo éstas únicas e irrepetibles.
Durante los años anteriores a su avistamiento en el Parque Nacional Cordillera Azul, sólo se tenía información de los relatos de los pobladores locales del sector Chazuta, pudiéndose registrar solamente huellas en los árboles, rastros de pisadas y frutos que dejaban en el camino.
Con este nuevo avistamiento se confirma que el PNCAZ se ha convertido en un lugar seguro para su conservación y reproducción (dan 4 crías como máximo en su vida adulta), ya que se han ido desplazando hacia las partes altas debido a la presión de la población local que deforesta los bosques para convertirlas en campos de cultivo.
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