En un comentario publicado hoy en el diario El Comercio, el editor de la sección Regiones de este medio, Martín Huanca Chinga, reclama mayor precisión informativa a las fuentes de las Fuerzas Armadas, debido a las contradicciones que se presentaron con relación a la reciente muerte del sargento segundo EP Euler Sánchez Ipushima a causa de una mina en Vizcatán, valle de los ríos Apurímac y Ene, VRAE.
Las primeras versiones dadas por las Fuerzas Armadas, resalta el periodista Huanca, indicaban que la mina que pisó el fallecido sargento había sido sembrada por remanentes de Sendero Luminoso, sin embargo esto fue desmentido al día siguiente por el titular de Defensa, Rafael Rey, quien declaró a la prensa que el artefacto pertenecía al propio Ejército.
«Las diversas fuentes militares que consultó este Diario (El Comercio) para conocer la causa de la muerte del sargento segundo EP Euler Sánchez Ipushima confirmaron que el deceso se produjo luego de que el militar pisara una mina sembrada por los terroristas. Los informantes eran de diverso rango, pero todos suscribían tal versión. Ayer el ministro de Defensa, Rafael Rey, dio una versión oficial distinta», indica el diario.
Considera que este hecho «confirma que son varias las versiones que salen de las Fuerzas Armadas y que ponen en duda la credibilidad de esta institución tutelar».
Por ello, invoca a las Fuerzas Armadas a apostar por la precisión informativa, en aras de una mejor imagen frente a la sociedad.
Mayor confusión
Estas versiones contradictorias fueron también reforzadas por especialistas como Jaime Antezana quien incidió en la falta de control del ejército en la zona y advirtió en El Comercio que «el hecho de poner una mina cerca de la base significa que los militares no están ejerciendo el control suficiente y demuestra una grave falta de operaciones de inteligencia en la zona”.
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