Desde el 2004, la Municipalidad Distrital de Pichari desarrolla el Festival Internacional de Hoja de Coca. Esto lo realiza a través de un comité especial de festejos y la cooperación de la Federación de Productores Agropecuarios del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Fepavraem) y la Confederación Nacional de Productores de las Cuencas Cocaleras del Perú (Conpaccp).
Este 2019, en su XV edición, los organizadores siguen los objetivos por lo cual ha sido creado: la promoción del cultivo de la hoja de coca como tradición y cultura, así como su reivindicación en la sociedad actual. En el festival se desarrollan actividades agropecuarias, gastronómicas, culturales, deportivas, entre otros; destacándose el Foro Internacional de la Coca.
En tanto, el congresista Joaquín Dipas, quien fue alcalde distrital de Pichari en 2004, dijo que en sus inicios el festival de la coca había sido cuestionado por los ministerios de Agricultura, Interior, Defensa y otras instituciones del Estado, quienes habrían catalogado al festival como “apología al narcotráfico”.
Dipas afirmó que la iniciativa nace del mismo productor cocalero que tiene como única salida económica la coca y que busca separarse del narcotráfico; asimismo, promover la coca como parte de la tradición andino amazónica del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
Para el alcalde del Pichari, Máximo Orejón, hay una relación intrínseca entre el hombre y la naturaleza y este enfoque socio cultural es la base de la producción de la coca. También, dijo que hoy la coca se industrializa en panes, postres, harina, licores, cerveza, etc, y que Enaco también la industrializa. “Se viene avanzando no sólo como consumo tradicional, sino en derivados; ésa es la razón y objetivo de promover la coca para fortalecer y revalorarla como milenaria, histórica y ancestral”, acotó.
Para el exsecretario general de la Fepavraem y alcalde del distrito de Llochegua, Adrián Gozme la Fuente, la coca representa identidad y sustento económico en las familias del Vraem. “La coca es parte de nuestra identidad, nacimos, crecimos, alimentamos y educamos gracias a esta planta milenaria. Es parte de nuestra cosmovisión andina y sustento económico, el Estado debe ver nuestra realidad”, acotó.
Debate y análisis
Como parte de las actividades se desarrolló el Foro Internacional de la Coca “Problemática y desafíos de la hoja de la coca”, espacio donde se evalúa, analiza y se comparten experiencias sobre los potenciales nutritivos, medicinales, ancestrales y su problemática legal en la sociedad actual.
Este año el foro inició con el ‘ritual de la coca’ que contó con la participación de las comunidades nativas ashaninkas, agricultores cocaleros y los representantes de organizaciones sociales venidas de México, Colombia, Argentina, Brasil y Bolivia.
La primera ponencia estuvo a cargo del antropólogo social, Javier Trigo Pesaqué, investigador en alimentación andina y director del Instituto de Cultura Alimentaria Andina, quien resaltó a la hoja de coca como alimento de mayor potencial nutritivo y que no tiene punto de comparación con otros productos agropecuarios.
En su ponencia “La verdad sobre la hoja de coca” destacó que ‘la coca no es droga y que es un súper alimento y medicina’; además, su gran potencialidad nutritiva es de brindar fuerza, mejorar el ánimo y tiene la capacidad de saciar el hambre.
Trigo compartió su investigación de las propiedades de la coca, siendo; energía, estimulante neuronal, valor nutricional, maximiza la oxigenación celular, antioxidante, anticancerígeno, anti estrés, biocalcio, complejo B completo, digestivo, bactericida y rico en minerales. “No existe cultura andina donde la coca no haya sido parte de su cultura, tanto como alimento, medicina y su cosmovisión como humano en la naturaleza”.
La coca y defensa nacional
El ponente Hugo Cabieses Cubas propuso reiniciar una guerra contra la pobreza en el valle, dejando de lado la idea de erradicación de cultivos de coca. Para el especialista, le resulta tonto el asociar la hoja de coca, cocaína, dólares. “Les buscamos un producto de exportación sustituto a los agricultores y se acabó el problema del narcotráfico. Hace cuarenta años hacen eso y no ha tenido resultado”, indicó.
Asimismo, dijo que en el Perú se producen 120 mil toneladas de coca y Enaco logra adquirir 1 200 toneladas, siendo un 10% y que existe la posibilidad de ampliar la capacidad de adquisición de Enaco. También, que la encuesta de consumidores tradicionales de la hoja de coca desarrollado el 2003, concluye que existen casi 4 millones de consumidores de hoja de coca a nivel nacional.
“La segunda encuesta fue en hecha el 2013 y dice que hay más consumidores tradicionales de la hoja de coca en nuestro país; y por supuesto, hay uso de coca para la industrialización. Si Enaco ampliara su adquisición de coca al año, no significaría la solución al problema de sobreproducción de la coca; pero sí comienza a resolverlo”, finalizó.
También estuvo como ponente Alexi Avilez Gutiérrez, quien señaló que el Vraem debe establecer una gran comisión para solicitar el retiro de la calificación de droga a la hoja de coca, cuando su relación es con la cultura, filosofía, identidad y derecho al trabajo. “Si los insumos lo puedes comprar en los cuarteles, entonces de qué tipo de lucha contra el terrorismo y narcotráfico estamos hablando”, así respondió en relación al control de insumos químicos que ingresan al valle.
Participación internacional
En el foro participaron dos representantes de Bolivia: Brígida Quiroga Ramos, diputada plurinacional; y Juana Quispe Arí, Diputada Uninominal, quienes compartieron sus experiencias con el público en relación al modelo boliviano de la hoja de coca y la lucha gremial cocalera.
Agregó que la hoja de coca fue parte de la historia y cultura de Sudamérica y se afianzó en el Tahuantinsuyo. También, que el proceso de despenalización fue una lucha difícil del movimiento social de los cocaleros logrando que un indígena cocalero logre ser presidente de Bolivia, se cambie la Constitución.
Al concluir la jornada, los representantes de las cuencas cocaleras de San Gabán, a Constitución, Monzón, Pedro Abad, Ucayali, Tingo María y el Vraem, compartieron sus experiencias sociales, procesos de desarrollo y la erradicación.
Datos:
El consumo tradicional se da en cuatro formas: hoja tierna, hoja semi seca, hoja seca tostada y molida, y hoja seca para infusión.