Reactivan Comité Distrital de Seguridad Ciudadana en el VRAE

Con la finalidad de conseguir un ambiente de paz y tranquilidad que permita al distrito de Pichari alcanzar el desarrollo, autoridades locales decidieron reactivar el Comité Distrital de Seguridad Ciudadana, que estará presidido por Joaquín Dipas Huamán, burgomaestre de la localidad ubicada en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE).

Debido a ello, se llevó a cabo una ceremonia de juramentación donde asumieron su compromiso como parte del comité, además del alcalde, el gobernador distrital, Hernán Tafur; el comisario de Pichari, mayor PNP Fran Chang Campos; el representante del Comando Especial del VRAE, Comandante E.P. Max Calle; el juez de paz, Marco Velásquez; y el representante del Comité de Autodefensa, Reynaldo Pillpa.

“Todos somos seguridad ciudadana y, en ese sentido, el involucramiento de autoridades y pobladores debe ser permanente, porque solo de esta forma podremos hacerle frente a los delincuentes que crean un clima de zozobra en algunas zonas de nuestro distrito”, manifestó el alcalde Joaquín Dipas luego de prestar juramentación en una ceremonia en la que estuvo presente INFOREGIÓN.

Del mismo modo, el burgomaestre destacó que hace un año se puso en marcha el Proyecto Integral de Seguridad Ciudadana, a través del cual se ha logrado desarticular varias bandas de asaltantes que en los últimos años habían desatado el temor en la población.

Fue en el marco de este proceso que se inició el equipamiento del Cuerpo de Serenazgo con tres camionetas modernas 4×4 y 14 motocicletas, vehículos que permiten realizar el patrullaje motorizado durante las 24 horas del día, tanto en la zona céntrica de la ciudad como en la periferia, donde se acentúa la delincuencia.

Cabe resaltar que el trabajo del Serenazgo se realiza en coordinación estrecha con los miembros de los Comités de Autodefensa (CAD) de la zona, gracias a lo que se ha podido desarticular a bandas peligrosas de delincuentes y micro comercializadores de drogas.

También se ha intervenido en los denominados ‘prostibares’, ubicados en la zona denominada La Curva del Diablo, en donde se ha descubierto prácticas de explotación sexual de menores de edad.

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