Radio Observatorio de Jicamarca, 60 años de aportes científicos a la humanidad

A inicios de la década del 60, se realiza en el Perú la primera observación de la ionosfera usando solo una parte de lo que años después se convertiría en el radar ionosférico más grande del mundo operado por el Instituto Geofísico del Perú. Se trata de un radar con dimensiones de 300 x 300 metros con el cual se realizaron observaciones tan fructíferas que dio lugar a cientos de contribuciones científicas que han revolucionado el conocimiento de la ionosfera, debido a que son muchos los fenómenos que en ella ocurren y que afectan a los sistemas de comunicación.

Muchos de los científicos, que hoy integran nuestra institución, iniciaron su formación usando datos del radar y otros se encuentran actualmente en importantes observatorios y universidades del mundo. El gigantesco radar que inicialmente debió funcionar solo algunas décadas al quedar obsoletos sus componentes, permitió que en el Radio Observatorio de Jicamarca se formara otro grupo importante de profesionales en electrónica que lograron que el radar continúe realizando sus observaciones por 60 años continuos con la misma calidad de datos que en los inicios de su operación, Por ello, la comunidad científica ha seguido apoyando y usando la información recolectada.

Gracias a la capacidad de esta nueva generación de ingenieros electrónicos, se asegura que nuestro radar ionosférico siga realizando observaciones por más décadas y de este modo, seguir conociendo a la ionosfera. En paralelo, se inició el diseño y fabricación de instrumentos geofísicos como los magnetómetros que, en la actualidad, forman parte de proyectos internacionales. Se suman a estas capacidades, la construcción de perfiladores de vientos que contribuyen en el estudio de la física atmosférica en el valle del Mantaro y drones no tripulados para observaciones sobre las estructuras volcánicas que en el año 2019 permitieron pronosticar la erupción del volcán Ubinas.

Otra capacidad en el desarrollo de instrumentación del IGP fue la construcción de radares de apertura sintética (SAR) para las observaciones de movimientos de masa. Es parte de este importante desarrollo tecnológico la construcción de un sistema a bajo costo para el monitoreo y alerta inminente de ocurrencia de huaicos que el 31 enero de 2017, durante el Niño Costero, permitió alertar a Sedapal y, con ello, evitar que Lima quede desabastecida de agua. Recientemente, y después de haber transcurrido un año, estamos cerca de concluir con la construcción de un radar meteorológico que permitirá realizar observaciones en 360 grados sobre escenarios críticos de lluvias.

Rumbo a las nuevas décadas del conocimiento y desarrollo tecnológico, seguiremos realizando observaciones de la ionosfera con este gigantesco radar y alcanzando la consolidación de un laboratorio de desarrollo tecnológico a fin de concretizar la construcción de instrumental geofísico como producto peruano. Todos estos logros anima al IGP a seguir desarrollando ciencia y tecnología para protegernos y ciencia y tecnología para avanzar.