Un sector adyacente al puente CORPAC, que une la ciudad con la zona del aeropuerto, se ha convertido en un botadero de basura y foco infeccioso de graves enfermedades ante la vista y paciencia de transeúntes y el desinterés de las autoridades responsables.
Las playas del Huallaga lucen cubiertas por cartones, llantas viejas, bolsas y envases de plástico rotos, y hasta los restos de un caballo en plena descomposición, alimento preferido de una bandada de negros gallinazos.
Preocupa que la propia población no reflexione sobre el grave daño que provoca al arrojar desperdicios sobre el río, contaminando su medioambiente y afectando su propia salud y la de sus familiares.
Cabe resaltar que la ciudad dispone de un botadero de residuos sólidos en el sector de la “Muyuna” y un quemador de basura cercano a los pueblos jóvenes en la zona norte, donde los camiones del Municipio conducen la basura generada por más de 60 mil habitantes.