El analista en temas de narcotráfico y seguridad, Rubén Vargas Céspedes, señaló que el próximo Gobierno no puede darse el lujo de experimentar modelos que han fracaso en la lucha contra el narcotráfico, como el caso boliviano.
En ese sentido insistió en aplicar modelos integrales que sí han tenido resultados concretos, como en la región San Martin.
Agregó que se deben aplicar estrategias que no solo pasan por la erradicación de los cultivos ilegales de hoja de coca o por los programas de desarrollo alternativo, sino que deben estar acompañadas de un control efectivo de los insumos químicos y el lavado de activos y aseguró que cuando estos componentes se aplican de manera conjunta se hace retroceder al narcotráfico.
En el programa Diálogo Ciudadano de INFOREGIÓN en el VRAE, indicó que si se continúa con la actual intervención del Estado o se adoptan modelos que fracasaron como en Bolivia, los resultados serán nefastos.
Recordó que esto ya se evidencia en el VRAE, donde el crecimiento de la producción de cultivos de coca y cocaína es muy preocupante.
Controvertidas decisiones
Vargas Céspedes manifestó que cuando Evo Morales asumió la presidencia de Bolivia dispuso una serie de medidas sobre la hoja de coca y el narcotráfico.
“Cortó con la cooperación internacional, expulsó a la DEA que persigue al crimen organizado y a algunas instituciones que promovían el desarrollo alternativo por considerar que atentaban contra su soberanía” recordó.
Precisó que además, se abandonó la erradicación de los cultivos ilegales de coca y se estableció un plan de desarrollo nacional de la coca, a través de un viceministerio.
Asimismo explicó que se intentó industrializar la coca fabricando vinos, tofis, jabones, caramelos, pasta de dientes, panes y una serie de artículos que supuestamente absorberían los cultivos de coca.
Resultados catastróficos
Comentó que cinco años después sin embargo, los resultados son catastróficos, pues los productos señalados no tienen demanda en el mercado y además porque en Bolivia hay ahora evidencias concretas de que el narcotráfico ha penetrado los niveles más cercanos del entorno político de Evo Morales.
“Frente a una situación tan difícil, Evo Morales tuvo que volver a erradicar los cultivos de coca ilegal y hasta la actualidad se han eliminado cinco mil hectáreas y también está pidiendo que retorne el apoyo de la cooperación internacional” precisó Vargas.
El experto señaló que lo que se tiene que hacer en el Perú es lo que ya ha funcionado con la región San Martín y que hoy es reconocido como modelo de éxito a nivel nacional e internacional.
Recordó que antes la región era el epicentro del narcotráfico, donde operaban los cárteles colombianos de Medellín y Cali y hoy en cambio es un evidente modelo de desarrollo con excelente producción de cacao, café, palmito y frutales, que hay que cuidar y consolidar.
Organizaciones debilitadas
En otro momento se refirió a la actual situación de las organizaciones cocaleras, como la FEPAVRAE, que se encuentran muy debilitadas por la falta de transparencia y legitimidad de sus dirigentes.
“El principal motivo del debilitamiento de las organizaciones es que muchos dirigentes mostraron un apetito político desmesurado y las utilizaron como trampolín para sus fines políticos. El segundo son los malos manejos de los fondos que recaudan de sus socios. Si a esto le sumamos los antecedentes penales o judiciales de sus dirigentes es muy clara la crisis” comentó.
Finalmente, insistió que el pedido de la industrialización de la hoja de coca se ha convertido en un discurso solamente para disfrazar la oposición al control y erradicación de estos cultivos que están dirigidos hacia las pozas de maceración que controlan las mafias del narcotráfico.