Protesta ecológica apagó Europa

(EFE) Algunos monumentos emblemáticos europeos, como la parisina Torre Eiffel o el Coliseo romano, se apagaron cinco minutos en respuesta a la convocatoria de asociaciones ecologistas para protestar contra el cambio climático.


La iniciativa, que surgió de un colectivo de organizaciones francesas denominada «Alianza», se lleva a cabo bajo el lema de «cinco minutos de respiro para el Planeta».


En Francia, la Torre Eiffel y una decena de monumentos de París se apagaron y muchos vecinos convocados por una asociación de consumidores apagaron las luces de sus viviendas.


Desconectados


En Italia, se ha sumado el ayuntamiento de Roma que apagó las luces de la Plaza del Campidoglio, donde se encuentran la sede del propio Ayuntamiento y el Coliseo romano.


También la región de Toscana (oeste), que había hecho un llamamiento a los ciudadanos para que apaguen las luces, porque «todos podemos y debemos contribuir» a frenar el cambio climático.


 La ciudad de Madrid se sumó al «apagón» energético promovido por la organización «Alianza por el Planeta» desconectando durante cinco minutos la iluminación de la Puerta del Alcalá, uno de sus monumentos más emblemáticos.


En Valencia (este de España) se apagaron las luces de todos los edificios públicos, así como los del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde en noviembre se reunirá el Grupo Intergubernamental de la ONU sobre el Cambio Climático.


En Bélgica, otro monumento emblemático, el Atomium, también se quedó a oscuras, lo mismo que el Parlamento Europeo, única institución de la UE que se ha sumado a la iniciativa.


Los particulares en Bélgica no fueron los únicos en desconectar el interruptor, ya que numerosos organismos, empresas y grandes sociedades han decidido unirse al movimiento, y hasta los trenes apagaron sus luces.


En Holanda, las instituciones y entidades públicas no siguieron la convocatoria con entusiasmo.


El dato


PARADOJA ENERGÉTICA. El breve apagón voluntario puede aumentar, paradójicamente, las emisiones de gases con el encendido automático de centrales térmicas (carbón y gas) cuando los consumidores vuelvan a pulsar los interruptores.


LAS CAUSAS. Muchas ciudades europeas no se sumaron a la protesta porque consideran que el principal responsable de la contaminación es el sector transportes.