Un nuevo estudio presentado al inicio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP20) revela la existencia de enormes cantidades de carbono en la red de territorios indígenas y áreas protegidas de los nueve países de la Amazonía.
De próxima publicación en la revista Carbon Management, el estudio titulado “Carbono en los bosques de la Amazonía: El poco reconocido papel de los territorios indígenas y las áreas naturales protegidas” sugiere que la protección de la vasta cantidad de carbono de los bosques de los territorios indígenas y áreas protegidas es crucial para la estabilidad del clima global y para la identidad cultural de los pobladores del bosque y la salud de los ecosistemas que habitan.
“Vemos, por ejemplo, que los territorios de los pueblos indígenas de la Amazonía almacenan cerca de un tercio del carbono de superficie de la región, en una extensión un poco menor a una tercera parte del área,” declaró el científico Wayne Walker, del Centro de Investigación Woods Hole (WHRC).
«Esto es más que el carbono contenido en los bosques ricos en carbono de otros países tropicales, incluyendo Indonesia y la República Democrática del Congo”, añadió.
Sin embargo, los autores hallaron que cerca del 20% de los bosques tropicales de la Amazonía se encuentran amenazados por la extracción legal e ilegal de madera, la construcción de nuevas carreteras y represas y la expansión de la agricultura comercial y de las industrias minera y petrolera, presiones que se han exacerbado en varios países donde los gobiernos no han reconocido o respetado los derechos territoriales indígenas.
“Nunca antes hemos estado bajo tanta presión, lo demuestra el estudio” declaró Edwin Vásquez, coautor y presidente de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), a INFOREGIÓN.
“Pero ahora tenemos evidencia que demuestra que allí donde los derechos son fuertes, los bosques están en pie. Y sabiendo que tenemos más de la mitad del carbono de la región en los territorios indígenas y las áreas protegidas, podemos decírselo a nuestros gobernantes, para que fortalezca el papel y los derechos de los pueblos indígenas de los bosques», agregó.
El estudio es el resultado de una novedosa colaboración Norte-Sur entre científicos, redes panamazónicas de indígenas, varias ONG y expertos en políticas públicas, combinando mediciones satelitales de contenido de biomasa con registros obtenidos en campo y una base de datos sobre los límites de los territorios indígenas y áreas protegidas.
“Hasta hace poco un análisis de esta magnitud hubiera sido imposible, perola diferencia enorme la disponibilidad de datos espaciales precisos y consistentes sobre grandes áreas como la Amazonía”, comenta el científico Alessandro Baccini, también de WHRC.
La Amazonía comprende 2.344 territorios indígenas y 610 áreas naturales protegidas, distribuidas en nueve países. Estas áreas son excepcionales en cuanto a diversidad biológica, cultural y lingüística. También son consideradas la piedra angular para la conservación amazónica puesto que actúan como barreras sociales y naturales al avance de la frontera agrícola y los incendios forestales.
En países como Brasil, con una historia de altos niveles de deforestación, estas áreas son consideradas elementos centrales de las estrategias orientadas a evitar las emisiones de dióxido de carbono por deforestación y degradación forestal.
“Esto significa que el reconocimiento internacional y la inversión en territorios indígenas y áreas protegidas son esenciales para asegurar que estas áreas continúen contribuyendo a mantener la estabilidad global del clima” dijo Richard Chase Smith, del Instituto del Bien Común, de Perú.
Smith destacó también que los conflictos sociales en Perú y otros países amazónicos continuarán escalando si es que los gobiernos no aseguran la tenencia de la tierra de sus pueblos indígenas.