La subdirectora del Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas, CEDRO, Carmen Masías, consideró que la propuesta de despenalizar el comercio de las drogas planteada por Mario Vargas Llosa no prosperaría de aplicarse en el Perú, pues el Estado no destinaría los recursos suficientes para atender a la gran cantidad de dependientes de los estupefacientes que se generaría con la medida.
En conversación con el programa radial Diálogo Ciudadano, que emite INFOREGIÓN los fines de semana, Masías puso como ejemplo de sus afirmaciones el hecho de que actualmente en el país solo 400 camas se destinan al tratamiento de las adicciones a las drogas. No obstante, opinó que es muy interesante que un escritor ilustre como Vargas Llosa se ocupe del problema de las drogas y plantee acciones para resolverlo.
«Yo creo que él tiene muchísima buena voluntad al poner esto [el tema del narcotráfico] en el foco. Además, CEDRO, que tiene 23 años trabajando en el tema, fue también fundada por Mario Vargas Llosa. Fueron 80 fundadores, entre los que me encuentro y también se encuentra Alejandro Vassilaqui, así que estamos muy abiertos al diálogo y a escucharlo», manifestó.
«Hay algunas confusiones en el planteamiento de Mario Vargas Llosa y del ex presidente Cardosso [Fernando Cardosso, ex presidente de Brasil]. Por ejemplo, cuando se habla de la despenalización del consumo, hay que ser muy claro para decir que el Perú no penaliza el consumo (sí el comercio)», agregó la especialista de CEDRO.
Informalidad tomaría el mercado de las drogas
En otro momento, Masías añadió que la legalización del comercio de las drogas traería en el país un grave problema vinculado con la informalidad y hasta la adulteración de los estupefacientes. Recordó que, por ejemplo, la cocaína que se usa con fines médicos tiene altísimos costos y que esto podría traer como resultado que mafias modifiquen la composición de las drogas para abaratar su precio.
«La droga con control de calidad se vuelve mucho más cara. Entonces, en un país como el nuestro, que todavía tiene mucha informalidad y contrabando, en que todavía la gente muere por tomar alcohol metílico que no es para consumo humano, qué nos haría pensar que no se produciría todo un mercado negro paralelo para vender droga más barata bambeada», explicó.
Otro argumento – dijo – es que en el Perú la lucha contra la pobreza aún no acaba. «Si bien es cierto estamos saliendo adelante, aún hay gran cantidad de gente pobre. Se lucha contra la malaria, contra la tuberculosis, contra el VIH SIDA. Imagínese si se desata más bien una endemia de consumidores, quién los podría atender», manifestó al recordar las 400 camas que el Estado destina al tratamiento de las adicciones.
«La mayoría de los dependientes, que se calculan en más o menos 200 mil personas, no tiene seguridad social. Dónde se atenderían todas esas personas. Se incrementaría enormemente el crimen», puntualizó la especialista.
Puede escuchar completa la entrevista a la doctora Carmen Masías activando el reproductor de audio al final de esta nota.
Los comentarios están cerrados.