Con motivo de celebrarse el Día Mundial del Agua, la bióloga Anna Zucchetti, presidenta del Consejo Administrativo de SERPAR de la Municipalidad de Lima, identificó dos de los grandes desafíos que el Perú debe asumir cuanto antes para una mejor gestión del líquido elemento. Uno de esos retos es conciliar los diversos intereses vinculados al uso del recurso.
“En un país en crecimiento como el nuestro, también crecen las demandas y los conflictos vinculados a su justa distribución. Ello explica que, según informes de la Defensoría del Pueblo, son frecuentes los conflictos entre las actividades mineras y los usos agroproductivos, así como los conflictos entre usuarios urbanos y los generadores de energía eléctrica, entre otros”, afirmó Zucchetti.
Gestionar la demanda
El otro gran reto es cambiar el enfoque de la gestión, es decir, no preocuparse solo por la oferta sino, principalmente, por la demanda. En esa perspectiva, Zucchetti sostiene que no es malo aumentar las reservas de agua, construir más infraestructura dura para almacenar agua, grandes reservorios y grandes represas pero es mejor preocuparse mas por la gestión de la demanda.
“Eso implica desperdiciar menos agua, mejorar los sistemas de distribución, ser mas concientes de su uso y ser mas ecoeficientes. Eso implica desde tener inodoros ahorradores en las viviendas a hacer reingeniería del agua en las industrias”, sostuvo la especialista.
En entrevista con INFOREGION, agencia de prensa ambiental, Zucchetti manifestó que las tuberías que distribuyen las aguas en las ciudades generalmente son coladeras. “Solo en Lima se pierde más del 38%, del agua que se trae desde la vertiente amazónica a un precio altísimo. Hay que reducir esos indicadores, hay que cultivar la cultura del ahorro”.
De otro lado, la presidenta del Consejo Administrativo de SERPAR sostuvo que en el Perú las tarifas de agua son subsidiadas y necesitan un sinceramiento. “Estamos pagando por el agua mucho menos de lo que realmente vale, por eso las Empresas Prestadoras de Servicios tienen grandes problemas de financiamiento: el cobro es reducido en comparación al valor del agua”, dijo.
Ante esta realidad, propuso apuntar en los próximos años a un sinceramiento de tarifas pero “sin quitar las tarifas sociales para el uso básico de cada familia”. “Se debe aumentar el costo de los usos secundarios, no imprescindibles. Con ese aumento, vamos a ver que los consumidores van a ser mucho mas concientes”.