El analista en temas de seguridad, Rubén Vargas Céspedes, propuso la creación de una Autoridad Autónoma con rango ministerial, que tenga independencia presupuestal, y esté por encima de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, para que asuma con responsabilidad la estrategia de lucha antisubversiva y antidrogas en el Valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE).
Vargas sostiene que los entes articuladores o coordinadores como el Plan VRAE y el Comisionado para la Paz y el Desarrollo, cuya función era la de unir al Gobierno con los gobiernos locales y la sociedad civil, ha fracasado, por lo que se debe evaluar la creación de una autoridad autónoma “convirtiéndose en un gobierno regional ‘ad hoc’, es decir sólo para la circunscripción territorial del VRAE”, planteó.
Según el analista, esta autoridad debería ser responsable “político-directo” de las acciones antisubversivas y antidrogas que se ejecuten en el VRAE, reconociendo al poblador como un ciudadano con todos sus derechos y procurando hacer llegar de forma directa y real, los recursos del Estado a la zona.
“Hay que procurar darles oportunidades de desarrollo más allá de lo que le ofrece la hoja de coca y el narcotráfico, para ello es necesario impulsar de forma intensa y seria los programas de desarrollo alternativo”, explicó el analista a Diálogo Ciudadano, informativo de INFOREGIÓN en el VRAE.
Fracaso total
Vargas insistió en que una de las estrategias que ha fracasado absolutamente, es el esquema del Plan VRAE y la representación política del mismo, en alusión a Jorge Duran, Fernán Valer y el actual responsable político, Luis Rojas Merino.
El analista añadió que la propuesta de campaña del hoy Presidente Ollanta Humala sobre la creación de un Alto Comisionado para el VRAE, es idéntica a la del Comisionado para la Paz y el Desarrollo, lo que equivaldría a seguir cometiendo errores.
Tarea pendiente
De otro lado Vargas indicó que debe realizarse un arduo trabajo por parte del Gobierno y los militares para mejorar las relaciones entre la población y las Fuerzas Armadas, situación que durante los años 80’s y 90’s permitió hacerle frente a Sendero Luminoso.
“Se tienen que cerrar las brechas existentes entre las fuerzas del orden y la población, no es posible que la población local vea con simpatía al grupo terrorista o a las acciones ilegales del narcotráfico, y vea con desconfianza las acciones de las fuerzas del orden y la Policía, de continuar así la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico están perdidas”, sentenció.