Una de las consecuencias inmediatas de la captura del dirigente cocalero Eduardo Ticerán, sobre quien pesa acusaciones de narcotráfico y terrorismo, puede ser el rompimiento de la alianza que existe entre las organizaciones cocaleras del Alto Huallaga y el Gobierno.
Así lo dejó entrever el especialista en temas de narcotráfico, Rubén Vargas Céspedes, quien descartó que la detención del máximo dirigente de la Central Nacional Agropecuaria Cocalera del Perú (Cenacop) se deba a una persecución política. “No es una detención arbitraria, es una detención por mandato judicial”, explicó.
El especialista recordó que en las postrimerías del gobierno de Alan García la Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de las Cuencas Cocaleras del Perú (CONPACCP), manejados por la ex parlamentaria Elsa Malpartida y por el dirigente Serafín Luján, emitió un pronunciamiento de solidaridad con Ticerán y lo calificaron de perseguido político.
“Ahora que Ticerán ha sido detenido pese a que los cocaleros son aliados del Gobierno de Humala, ¿qué va a decir la Conpaccp? ¿Cómo reaccionarán? De pronto estamos asistiendo al rompimiento de la alianza entre cocaleros y el Gobierno”, estimó Vargas Céspedes en entrevista con La Voz del Oriente, programa periodístico de INFOREGION que se transmite en Tingo María.
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