El Perú es el cuarto país en extensión de bosques tropicales en el mundo. Tenemos más de 65 millones de hectáreas de bosques tropicales ubicados en la cuenca amazónica y en las zonas secas de la costa del Pacífico. Estos bosques albergan una biodiversidad importante y prestan importantes servicios ambientales que contribuyen con el mantenimiento del equilibrio climático global. Pero aún hay un gran número de peruanos que no identifican al Perú como un país de bosques, incluso algunos, que no reconocen el valor que estos tienen.
Los bosques tropicales están más cerca de lo que creen… Un gran porcentaje de peruanos aún piensa en los bosques como lugares remotos, lejanos y donde habita un sin número de insectos que muchos no están dispuestos a soportar. Pero los bosques están más cerca de lo que piensan.
Mira a tu alrededor, quizás el piso sobre el que estás parado es de parquet, parquetón o machihembrado, todos de madera proveniente de los bosques; o estás, seguramente, sentado en una silla de madera de algún árbol proveniente del bosque; o apoyando tu café o rica cremolada en una mesa de madera o de laminado que por dentro está hecha de chips de madera. Ese café posiblemente esté preparado con granos de café de Chanchamayo que crece armónicamente entre bosques. Seguro que más de una amiga tuya tiene unos lindos aretes de huairuros o collarcitos de semillas de colores que ¡Oh, sorpresa, vienen de los bosques! Y es que si seguimos mirando alrededor podremos descubrir aún más, muchos y mayores bienes que nos proveen los bosques.
Existen dos temas importantes al hablar de bosques tropicales: uno es su conservación y el otro su aprovechamiento, temas que pueden parecer incompatibles, pero en realidad son complementarios.
Entre los avances realizados para conservar nuestros bosques, tenemos la creación de Áreas Naturales Protegidas y, un gran avance, la creación del Programa Nacional de Conservación de Bosques (14 de julio de 2010), este programa incluye la firma de Convenios de Incentivos para la conservación de bosques con gobiernos regionales, locales y comunidades nativas y/o campesinas. Estos, entre otras cosas, permiten comprometer la conservación del total de hectáreas de bosques primarios existentes en una comunidad, por medio de un incentivo económico que corresponde a diez nuevos soles por hectárea de bosque a conservar. Este incentivo económico es otorgado directamente a la comunidad para su administración, a través de planes de inversión y/o planes de negocios inclusivos.
El reto es el aprovechamiento sostenible, y es que a veces perdemos de vista que además de madera, en el bosque hay gente, flores, animales y entre ellos tienen una simbiosis que no hace más que permitir su existencia y permanencia en el tiempo. Por ello es necesario promover el manejo forestal sostenible pues aún no hemos logrado implementar en el país, una fórmula que haga que el desarrollo forestal sea un eje importante de desarrollo económico nacional. Aún falta mucho por desarrollar, el sector forestal aporta menos del dos por ciento del PBI nacional a pesar de los avances de formalización del sector a través de las concesiones forestales,
Aprovechando este día, 26 de Junio “Día Internacional de los Bosques tropicales”, pensemos en promover el desarrollo y aprovechamiento sostenible de nuestros bosques tropicales; detener las marchas y contramarchas en la legislación forestal y sumar esfuerzos para fortalecer instituciones de rectoría, control y promoción de la actividad forestal, incluido industria maderera y productos diferentes a la madera como el biocomercio.
Es importante promover, entonces, actividades asociadas al bosque que sean sostenibles como el manejo forestal sostenible para tener nuestra madera asegurada en el tiempo, y sería aún mejor si es con generación de valor agregado en nuestro propio país, ya que promoveríamos más fuentes de trabajo y más inversiones; además mantener las concesiones de conservación de fauna y flora para asegurar la permanencia de especies y conocer más sobre ellas; promover las concesiones para servicios ambientales o para ecoturismo donde podamos cuidar el régimen hídrico, capturar carbono y mantener belleza escénica; también, áreas o cotos de caza donde se pueda cazar de manera sostenible; además de mantener bosques como áreas naturales protegidas en sus diversas modalidades, en alianza con las comunidades, para asegurar la prevalencia de especies únicas para el futuro. Pero además de promover estas actividades, se debe regular la actividad ilegal y deben hacerse cumplir las leyes contra los delitos ambientales como la tala ilegal que atenta contra nuestros bosques tropicales y nuestra biodiversidad.
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