La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicó la relación de los «40 predadores de la Libertad de Prensa», en donde se ubica a los principales carteles del narcotráfico en México, como el de Sinaloa, el Golfo y el de Juárez, que de acuerdo con RSF «sostienen una guerra sin cuartel por el control del transporte de droga en las regiones fronterizas con Estados Unidos» desde finales de la década de 1990.
«Los narcotraficantes no dudan a la hora de corromper a algunos responsables políticos para imponer su ley» y «la situación, lejos de quedar circunscrita a los Estados fronterizos y costeros, se ha agravado aún más con la ofensiva federal emprendida tras la investidura del presidente Felipe Calderón, en diciembre de 2006», añade la organización.
RSF recuerda que desde el 2006 han sido asesinados 62 periodistas y, desde 2003, han desaparecido 10, de los que más de la mitad investigaban asuntos relacionados con el narcotráfico.
«Nunca han detenido ni juzgado a ninguno de los autores intelectuales de esos crímenes», prosigue la organización, antes de destacar que «México es uno de los países más peligrosos del continente para la profesión».
Reporteros Sin Fronteras añade en una comunicación hecha pública recientemente que los carteles del narcotráfico mexicanos figuran en la «lista negra» acompañados de políticos, dirigentes de instituciones del Estado, jefes religiosos, milicias y organizaciones criminales «que atacan directamente a los periodistas, que hacen de la prensa su enemigo preferido, su bestia negra».
El comunicado difundido por la organización agrega que son «poderosos, peligrosos, violentos, están por encima de las leyes» y, en muchos casos, repiten su presencia en la clasificación de «predadores» que RSF difunde cada año desde 2001.