El Ministerio del Ambiente (Minam), en el marco de la Ley 29811 que establece la moratoria al ingreso y producción de Organismo Vivo Modificado (OVM) en el territorio nacional por un periodo de diez años, viene desarrollando líneas de base de la diversidad genética de cultivos nativos priorizados. Por ello, la ministra del Minam, Fabiola Muñóz Dorero, presentó el libro titulado «Línea de base de la diversidad genética de la papa peruana con fines de bioseguridad» en el marco del lanzamiento del Decenio de la Agricultura Familiar.
La línea de base de la papa peruana corresponde al estudio de la diversidad genética, los ecosistemas donde se encuentran las especies silvestres y los agroecosistemas de las papas cultivadas, los organismos y microorganismos relacionados con el cultivo de la papa, así como los aspectos socioeconómicos y culturales que giran en torno a su cultivo, informó el Minam a INFOREGIÓN.
El presente libro corresponde a la segunda línea de base con fines de bioseguridad publicada, después del maíz, encontrándose en camino las líneas de base de los cultivos del algodón, calabaza/zapallo, tomate, frijol, ají, yuca, papaya y alfalfa. El estudio sobre la papa peruana viene por ser un cultivo estratégico en la agricultura familiar y motor de la seguridad alimentaria.
Historia
Según el Minam, el Perú, país centro de origen y diversificación de la papa, data su historia de más de 7000 años en los alrededores del Lago Titicaca al sur del país, donde los antiguos pobladores iniciaron la domesticación de las papas silvestres dando como resultado siete especies y cuatro subespecies de papas cultivadas que incluyen a la fecha más de 4000 variedades. Adicionalmente, existe una notable biodiversidad de papas que alcanza casi las 100 especies, que son parientes silvestres de las papas cultivadas.
Asimismo, siendo la agricultura familiar la más representativa de las actividades en el Perú (97% del total de las unidades agropecuarias), y la papa un eje fundamental de esta agricultura, la papa se convierte no solo es un cultivo, sino en parte de la cultura peruana que se expresa en todos los ámbitos del quehacer diario, especialmente del poblador andino y es gracias a él, al conservacionista que se mantiene la agrobiodiversidad.
La diversidad de especies y variedades de este cultivo brinda alternativas más productivas, resistentes a plagas y resilientes para enfrentar los efectos del cambio climático que ponen en riesgo la seguridad alimentaria. Es así, que los Andes peruanos se constituyen en las zonas de mayor riqueza genética de la papa en el mundo, siendo este cultivo un componente estratégico de la agrobiodiversidad andina.