Dos días después de que el dirigente cocalero Eduardo Ticerán dijera que los recorridos que hace en el Monzón le permiten afirmar que allí no existen laboratorios de pasta básica de cocaína, la policía antidrogas asestó un duro golpe al narcotráfico al destruir ayer, domingo 5 de julio, cinco de estas instalaciones y una tonelada de ácido sulfúrico en la zona.
Así, el Frente Policial Huallaga, a través de agentes especializados de la DIRANDRO y la DIROES, llegó en la víspera hasta los sectores Río Espino y Manchuria, donde encontró los cinco laboratorios de PBC y la tonelada de ácido sulfúrico, antes referidos, así como kerosene, hidróxido de calcio (cal) y carbonato de sodio.
La operación policial movilizó alrededor de 80 agentes dirigidos por el comandante Alexis Bahamonde, jefe de la policía antidrogas en Tingo María.
El objetivo era golpear las actividades ilícitas de los narcotraficantes conocidos como “Israel”, “Andrés”, “Garrote”, “Ticucho”, “Inés”, “Toño” y “Picuro”, quienes fueron observados por inteligencia en sus recientes desplazamientos para la fabricación de droga.
Los efectivos, que llegaron acompañados por los fiscales Germán Juárez Atoche y Kelinda Janampa, también decomisaron dos motocicletas.
De acuerdo a las estimaciones, con esta acción la policía logró evitar la producción de aproximadamente 150 kilos de pasta básica de cocaína.
Ticerán tiene la palabra
Este contundente operativo antidrogas desmiente en forma categórica al dirigente cocalero Eduardo Ticeran quien días atrás aseguró que no existían laboratorios de droga en el Valle del Monzón y que los propios cocaleros se encargaban de la vigilancia.
No sólo eso, para reforzar su rechazo a la presencia policial en el Valle del Monzón, Ticerán incluso negó que la coca que se cultiva en la zona sirva para los fines ilícitos del narcotráfico.
Ello pese a que el reciente Informe del Sistema de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de las Naciones Unidas, ONUDD, revela el incremento de la producción de hoja de coca ilegal y de cocaína en los valles cocaleros, principalmente en el Alto Huallaga, en donde precisamente el Valle del Monzón y el de Aucayacu, son las zonas de mayor producción de coca ilegal que se deriva al narcotráfico.