El Frente Policial Huallaga, por medio del Departamento de Operaciones Tácticas Antidrogas, DEPOTAD, de Tingo María, intervino un taller de acondicionamiento de cocaína de alta pureza en cápsulas que luego eran ingeridas por los llamados burriers.
En la intervención, la policía logró capturar a dos narcotraficantes, incautó 2,3 kilos de cocaína así como artículos para embalaje.
El taller se ubicaba en el sector denominado Las Amazonas, en la jurisdicción del centro poblado de Castillo Grande, a tres kilómetros al oeste de Tingo María.
Pobladores de la zona alertaron a la mafia del operativo policial al mando del comandante PNP Alexis Bahamonde Chumpitaz, lo que permitió la huida de algunos de sus miembros, quienes se llevaron consigo parte de la droga que venían acondicionando para ser llevada al exterior.
Capturados
Los capturados fueron identificados como Paulina Domínguez Ávila y David Miguel Daza Escudero, de 59 y 26 años respectivamente, quienes tenían en su poder 2,3 kilos de droga y un grupo de cápsulas ya preparadas.
También se encontraron moldes especiales para la elaboración de las cápsulas, una balanza digital de alta precisión, ácido clorhídrico y otros insumos químicos. Además, teléfonos celulares, un equipo de sonido y una motocicleta.
Fuentes policiales señalan que los detenidos sindicaron como propietarios de la droga a los narcotraficantes conocidos como Pollo y Bony, quienes serían los encargados de reclutar a jóvenes para el envío de la droga hacia el extranjero, especialmente a Chile y de ahí a Europa.
Posteriormente, los detenidos fueron trasladados a la sede de la DIRANDRO en Tingo María para las investigaciones correspondientes. El general PNP Edwin Palomino Vega, jefe del Frente Policial Huallaga, supervisó personalmente la operación y felicitó a los policías que intervinieron en ella.
Droga altamente cotizada en el extranjero
De acuerdo con la información policial, el clorhidrato de cocaína que se elabora en el Alto Huallaga es de alta pureza y tiene muy buena cotización en el mercado internacional, llegándose a pagar hasta 40 mil dólares por cada kilo.
La droga es acomodada en cápsulas de jebe que luego son ingeridas por los burriers, quienes previamente tienen que realizar una dieta para acondicionar los jugos gástricos. Se sabe que cada cápsula puede albergar diez gramos de droga.
Acto seguido, los burriers se embarcan en diferentes vehículos de transporte interprovincial, teniendo como primer destino Lima, luego se dirigen a Tacna y pasan la frontera hacia Arica, en Chile.
Los que logran pasar las barreras de control tanto de Perú como de Chile, se reúnen en lugares señalados por las mafias para evacuar las cápsulas y nuevamente regresar al Perú para continuar con otros traslados.
Dependiendo de su habilidad y apariencia, los burriers podrían ser seleccionados para continuar la cadena e internar la droga en Europa y en los Estados Unidos.