Pobladores de Paraíso intentaron quemar vivo a asesino de niñas de nueve y once años de edad

En horas de la madrugada, Eleazar Antezana (22) y más conocido en el mundo del hampa como Tallarín, se salvó de ser linchado y quemado vivo luego de que los enardecidos pobladores del sector Paraíso, ubicado en el distrito de San Francisco, lo sindicaran como el responsable del cruel asesinato de las hermanas María Dolores y Estéfany Bautista Quispe, de nueve y once años de edad, respectivamente. 
 
Los vecinos ya señalaban a Tallarín como el responsable del crimen. Pero la sospecha creció cuando ese personaje desapareció tras la muerte de las niñas.
 
Solamente la presencia de la PNP y de la representante del ministerio Público, Sandra Pimentel, evitó que el sujeto sea asesinado.
 
Horas después, frente a afectivos de la PNP que lo interrogaban, Tallarín aceptó ser el autor de ambos crímenes. Luego narró detalles escalofriantes de las muertes.
 
Las amenazó con una escopeta


La muerte de las hermanas ocurrió el 30 de de diciembre del 2007, cuando las menores Estéfany  y María Dolores, como cada mañana, se dirigían a su chacra para ayudar a sus padres en las labores agrícolas.
 
Repentinamente fueron interceptadas por Tallarín, quién con una escopeta en la mano las obligó a dirigirse hacia un descampado para abusar de ellas y luego acabar con sus vidas.
 
María opuso resistencia y el depravado respondió con un disparo, para luego ahorcarla con sus propias manos.
 
Estéfany intentó huir para pedir ayuda, pero no tuvo éxito. El sujeto corrió hasta alcanzarla y luego la ahorcó con una soga. Posteriormente el asesino hizo una fosa y enterró los dos cuerpos.
 
Después de ambos asesinatos, Tallarín escapó del VRAE para fugar a la ciudad de Pisco, en el departamento de Ica.
 
Entre el 15 y 19 de agosto retornó a San Francisco y desenterró los cadáveres para arrojarlos al río Apurímac, con lo que buscó desaparecer cualquier indicio en su contra.


Movilización para exigir justicia 


Los familiares y pobladores de Paraíso se movilizaron por las principales calles de los distritos de San Francisco y de Kimbiri para reclamar justicia.
 
«Queremos cadena perpetua para ese asesino que ha destruido mi vida y la de mi familia. Desde el año pasado no tengo paz, he estado buscando a mi hija por todas partes y hasta ahora ni siquiera su cuerpo puedo encontrar», señaló María Quispe madre las niñas asesinadas.
 
El caso es manejado por la Segunda Fiscalía de San Francisco, cuya titular es Sandra Pimentel, quien pronto programará una reconstrucción de los hechos.