Cientos de pobladores de escasos recursos económicos de 105 comunidades y sectores del distrito cusqueño de Pichari, ubicado en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), vienen siendo beneficiarios del primer programa social denominado “Vamos vecino a mejorar nuestro barrio” cuya finalidad principal es brindar ayuda económica a cambio de trabajo.
Adultos mayores, viudas, madres solteras y jóvenes estudiantes, quienes no tienen la posibilidad de percibir una remuneración formalmente, colaboran con el programa y reciben un incentivo económico, mejorando su expectativa de vida; además de dinamizar la economía local.
La iniciativa vecinal es impulsada por el proyecto “Mantenimiento Rutinario de calles y accesos en los seis centros poblados y Pichari capital”, que vienen recuperando barrios y viviendas comunales en sectores con un alto deterioro urbano y rural, bajo la modalidad de administración directa con un presupuesto total de S/. 7’878,992.00 proveniente del canon gasífero.
El alcalde del distrito, Edilberto Gómez Palomino, declaró a INFOREGIÓN que el reto es mejorar las condiciones de los jóvenes de escasos recursos, adultos mayores, madres solteras y jóvenes estudiantes en cada comunidad, aparte de mejorar la situación actual de las calles y realizar un mantenimiento rutinario de la infraestructura vial y las áreas verdes, base primordial para la circulación de los vehículos, la circulación peatonal y el ornato.
“Con este proyecto se ha visibilizado a un sector de la población hasta entonces excluido y se ha orientado la mirada del distrito hacia quienes no tenían un espacio reconocido ni por la municipalidad ni por la sociedad, que ahora empieza a valorarlos como corresponde dándole mano de obra entre a 400 a 500 personas durante el mes y así sucesivamente”, dijo el burgomaestre de Pichari.
Juana Vargas, beneficiaria del programa municipal, manifestó que “los trabajos son cotidianos como limpieza de vías, drenajes, ornamentación con un pago de 30 soles diarios que me sirve para ayudar en mi casa, para que todos podamos salir adelante. Mi familia ha crecido y hay muchas épocas difíciles en el campo, pero ahora sé que el gobierno local se acuerda de mí, siento mucha tranquilidad y confianza”.
“Tras la muerte de mi esposo trabajo en muchos oficios para sacar adelante a mis tres hijos. Ahora ya no tengo fuerzas para trabajar como antes pero ahora con el programa municipal tengo trabajo no forzoso”, dijo la beneficiaria Sabina Alarcón (INFOREGIÓN).